Las hemerotecas son un punto de apoyo --a veces de arranque-- para quienes ejercemos el oficio de escribir. Todo lo que las personas con quienes uno se relaciona no recuerdan a veces, obligan a quien de tiempos pasados escribe o tiene que hablar públicamente a recurrir a las hemerotecas y son los periódicos de otro tiempo quienes nos ayudan a seguir la pista de seres humanos, de quienes los herederos actuales, en segunda o tercera generación, apenas tienen noticias. Por ejemplo: en época del Directorio Militar, el Heraldo de Castellón del 20 de abril de 1924, nos informa de la visita que ese día el general Primo de Rivera rinde a Burriana y es recibido por el alcalde Vicente Escobar López y gran número de personalidades locales, nada menos que para bendecir la bandera del Somatén armado de la ciudad. Y que, por ello, visitó el cuartel de la Guardia Civil y fue agasajado con un banquete en los jardines de la residencia de Manuel Peris Fuentes, quien también sería primera autoridad municipal, notable abogado y escritor además, que en su tiempo organizó el Sindicato de Riegos y la Policía Rural de Burriana, y que recibió el título de Mestre en Gai Saber, otorgado por lo Rat Penat de Valencia. Igualmente fundó el Colegio Salesiano burrianense.

ILUSTRE NARANJERO // Entre el grupo de personalidades que estuvieron presentes, se encontraba Juan Bautista Soler Martí, que en aquel tiempo era el presidente del Círculo Frutero, sociedad que agrupaba a la mayoría de exportadores de Burriana, entre los que se encontraba Vicente Cañada Blanch, que era a su vez el representante en Inglaterra de las firmas exportadoras del citado Juan Bautista Soler.

Esa época de los años veinte, fue un período dorado para la naranja. La reactivación económica de Europa después de la Primera Guerra Mundial actuó muy favorablemente sobre la exportación naranjera, hasta tal punto que, según los estudios de María Dolores Agustí, historiadora de la UNED y pariente de los Soler, hacia el final de esa década se consiguió un volumen de exportación nunca alcanzado hasta entonces y largamente soñado en nuestro tiempo, con tantas dificultades para el comercio naranjero. Fue cuando el propio Soler y otros comerciantes crearon el Banco de Burriana, comercialmente anexionado al Banco de Valencia. Llegaba entonces a la cifra de 15.000 los trabajadores de toda la provincia que llegaban a la ciudad burrianense atraídos por el dinámico negocio naranjero.

LA VIDA // Hijo de Ramón y Mariana, el 28 de noviembre de 1879 nació en Burriana Juan Bautista Soler Martí, que tuvo cinco hermanos más, hijos del matrimonio de labradores auténticos y químicamente puros, que llegaron a conocerse popularmente como los pallazos, puesto que el anterior Soler se dedicaba a recoger y vender paja para el ganado. Los hermanos de Juan Bautista se llamaban Ramón, Manolo, Francisca Antonia, Mariana y Ramona. Todos fueron dedicándose en un principio a ayudar a sus padres, ya que, además de las labores típicas de la labranza, también tenían cuadras de caballerías.

Lo cierto es que nuestro Juan Bautista tuvo que incorporarse al servicio militar voluntario a los 19 años. Tan joven para, fallecido el padre, poder salvar a su hermano Manolo de hacer la mili y así éste se quedó para ayudar a la familia, a las cuatro mujeres que se quedaban en casa, puesto que el otro hermano, Ramón, tuvo que ser soldado en la guerra de Cuba.

En el tiempo de su servicio militar fue cuando Juan Bautista aprendió a leer y escribir, con mucho provecho además. Y a los 22 años de edad, contrajo matrimonio con su novia, María Antonia Martínez Chiva, ambos trabajando juntos en el almacén de su hermano, en la antigua fábrica de Calaix. Con tanto empeño que, unos años después, ya habían abierto su propia empresa exportadora, creando cientos de puestos de trabajo.

EL PUERTO // Fue en 1921 cuando volvemos a encontrar a Soler Martí junto al legendario Jaime Chicharro, cerca de él, en una comisión que consiguió con sus gestiones en Madrid que, por Real Orden del 18 de diciembre de aquel 1921 se aprobara el Proyecto del Puerto de Burriana. Pero Soler no llegó a esa comisión triunfadora con las alforjas vacías. Ya había sido presidente de los consejos de administración del Banco de Burriana y del Círculo Frutero, tan significado en su época, al igual que de la Papelera del Mijares y de la comercial llamada Timbrado Burrianense, además de empresario de la Plaza de Toros y del Teatro Principal de Valencia. Todo un personaje, vamos. Conocido en Londres y Manchester, en Amberes y Amsterdam, en Hamburgo y Copenhague, donde llegaban naranjas burrianenses, muchas veces con el nombre de Soler encabezando las gestiones.

Mientras, los cinco hijos del matrimonio, rompían un poco la trayectoria vital del empresario. El mayor, Juan Bautista, siempre estuvo cerca de su padre, pero las dos niñas, Francisquita y Doloretes murieron a los dos y tres años, al igual que Pepito, que tuvo un desgraciado accidente. El pequeño. Pepe, mantuvo siempre la memoria de sus padres.

LA POLÍTICA // Al igual que su admirado amigo Jaime Chicharro, tan recordado en Burriana, Juan Bautista Soler perteneció al partido Tradicionalista, de marcado acento de derechas, fue alcalde en su pueblo en 1930 y el 31, y encabezó una candidatura en las elecciones del 16 de febrero de 1936, en unión de Joaquín Bau Nolla. Fueron los primeros en usar una avioneta para repartir la propaganda electoral, según también informa María Dolores Agustí. Las ilusiones electorales se vinieron abajo cuando Manuel Azaña formó y presidió un gobierno nacional de izquierdas, que provocó la subida del llamado Frente Popular en casi todas las provincias españolas. El 18 de julio de 1936, los Soler-Martínez Chiva, con la familia de Vicente Boix y la de Luis Lucia se encontraban veraneando en Benassal, cuando fueron avisados de que iban a detener a todos ellos. Los Lucía pudieron esconderse por Teruel, pero los otros pensaron que era suficiente hacerlo allí cerca, en Villafranca. Hasta allí fueron a buscarlos, los encontraron y los hombres fueron llevados a la prisión de Castellón. Y el 14 de septiembre del 36, tanto Soler como Boix y otros presos fueron fusilados por la Columna de Hierro en el cementerio de Almassora. H