El inicio de curso empieza a calentarse. Antes incluso de que los populares valencianos vuelvan a disparar su artillería contra la política lingüística del Consell, su presidente nacional, Pablo Casado, actuó ayer como estilete. Él mismo lideró el ataque. Con el envite separatista en Cataluña siempre presente y con el PP nacional en posiciones cada vez más conservadoras desde la llegada al poder hace un año del propio Casado, el líder del partido escribió ayer en una red social que el gobierno valenciano «imita a Torra [el presidente catalán]» y dio por hecho que la Conselleria de Educación «vigila» la lengua en la que se expresan los alumnos valencianos en el recreo o el comedor.

«Rechazamos el adoctrinamiento, apostamos por la libertad y una ley de lengua que garantice el castellano como lengua vehicular», escribió Casado. No es la primera vez que el presidente del PP pide una ley para garantizar que el castellano sea lengua vehicular en la Comunitat Valenciana. Ya lo hizo cuando presentó su programa para las elecciones generales del 28 de abril. Entonces, en plena cruzada en favor del castellano en comunidades con dos lenguas cooficiales, como la Comunitat Valenciana, ya reclamó un cambio sustancial en la política lingüística en las aulas valencianas, pasando por encima incluso de posiciones que su partido compartía cuando gobernaba la Generalitat.

Casado también planteó en el Congreso una iniciativa para decidir el porcentaje de horas que se dedican al castellano y a la lengua cooficial, en este caso el valenciano. La ley en vigor, la LOMCE, recoge la obligación de las administraciones educativas de que exista presencia razonable del castellano y de la lengua autóctona y los tribunales ya estipularon que la proporción debe ser de un mínimo del 25% de horas lectivas para cada una de las lenguas.

PIDEN EXPLICACIONES A MARZÁ // A las palabras de Casado se sumó la presidenta autonómica del PP, Isabel Bonig, que aseguró que los populares siempre han sido el dique de contención «frente al nacionalismo y el adoctrinamiento que defienden Puig y sus socios». Añadió que «frente a los intereses particulares, el PP defiende los intereses de los valencianos». Los populares también tienen intención de pedir al conseller de Educación, Vicent Marzà, que explique si hay espías en las escuelas para saber en qué se habla, «algo que da miedo», dicen.

A la polémica se incorporó el grupo parlamentario de Vox, que a través de un comunicado pidió la dimisión de Marzá porque en lugar de buscar soluciones al fracaso escolar «dedica tiempo y presupuesto a controlar y espiar en qué lengua hablan los alumnos».

Apenas unas horas antes, el conseller de Educación aseguraba en una entrevista a Europa Press que «agitar las vísceras» en esta cuestión le parecía una «actuación inconsciente de los partidos de derechas», y lamentó que sea «la tónica habitual» de estas formaciones políticas.

Por su parte, el Síndic de Compromís en las Corts Valencianes, Fran Ferri, respondió a Casado que «el Consell realiza encuestas sobre usos lingüísticos en la escuela para conocer el uso del valenciano, algo que ya hacía, incluso con las mismas preguntas el PP cuando gobernaba», y defendió «una escuela inclusiva ante la intolerancia y las mentiras». Ferri asegura que con la aplicación de la Ley de Plurilingüismo, «los alumnos valencianos dominarán al menos tres lenguas sea cual sea su nivel económico cuando acaben la enseñanza obligatoria». Sin embargo, según Ferri, ello «molesta» al Partido Popular «que siempre demuestra un odio visceral hacia la escuela pública porque les interesa tener una sociedad lo menos crítica y formada posible para poder intentar engañarla».

TRILINGÜISMO // Mientras, el vicesecretario general de los socialistas valencianos, Manolo Mata, aseguró que para Pablo Casado todo lo que es más de un idioma «es un lío», y reclamó al líder de los populares «dejar en paz al sistema educativo valenciano y preocuparse por educarse él mismo». Mata añadió que lo único que busca el sistema educativo valenciano es que nadie tenga que «falsear su currículum para aparentar lo que no es», recordando la polémica en la que se vio inmerso Casado. Mata dijo que la apuesta por el trilingüismo «es determinante».