En el plazo de unas pocas horas, y a cuenta de la gestión de las nuevas comisarías de violencia de género y del sí del PSPV al objetivo de déficit, Compromís ha abierto la que puede ser la mayor crisis --al menos pública-- del Pacte del Botànic en sus ya más de tres años de andadura. Con la vicepresidenta Mónica Oltra como ariete, la coalición ha golpeado sin ambigüedades a su socio de gobierno, como un aperitivo de la intensa campaña electoral que se avecina hasta la cita con las urnas de mayo del año que viene, siempre que no se produzca el adelanto electoral, opción que cobra nueva fuerza ahora.

Las críticas más duras --por ir dirigidas directamente al jefe del Consell, Ximo Puig-- fueron las referidas al acuerdo entre el Gobierno central y la Generalitat por la senda de déficit de las autonomías, que proporcionará al gobierno valenciano 850 millones a partir de diversas medidas de tipo fiscal, como la refinanciación de 1.000 millones de la deuda o una modificación del IVA a pagar, entre otros aspectos.

Diálogo

Oltra afeó ayer a Puig la falta de «diálogo» y que tomara una decisión «unilateral», con la que no coincide su coalición. Asimismo, desveló que no la había llamado para consultarle el cambio de la abstención al respaldo al objetivo de déficit. «Imagino que tendría mucho trabajo», señaló en tono irónico la vicepresidenta en declaraciones a la SER.

Una falta de comunicación que fue negada ayer de plano desde fuentes de la Conselleria de Hacienda, que hablan de «contactos directos» desde primera hora de la mañana del miércoles entre el conseller, Vicent Soler, y Oltra; el diputado de Compromís Joan Baldoví; y la secretaria autonómica del área, Clara Ferrando.

Las mismas fuentes detallan conversaciones, en algún caso, desde las 8.18, «y en las horas más delicadas de la negociación». El acuerdo entre PSPV y Compromís, inciden, era que, si no había una mejora tangible en favor de la Comunitat Valenciana se mantendría la abstención; pero que si en el tema financiero se lograban buenas condiciones, sí que se podría respaldar la senda propuesta por el Gobierno de Pedro Sánchez. Un objetivo que, según consideran desde filas socialistas, se logró. «De hecho, estamos ante un exitazo del Botànic», manifiestan.

Críticas de podem

Una postura que no comparte el tercer socio (desde fuera) del pacto de gobierno, Podem, que a través de su secretario general, Antonio Estañ, calificó de «parches» lo obtenido, y se mostró «sorprendido» por la actuación de Ximo Puig.

Al rifirrafe por el voto de la Comunitat en el Consejo Fiscal hay que añadir el rapapolvo de Mónica Oltra a la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, a cuenta del anuncio de abrir una comisaría especializada en violencia de género. La vicepresidenta la acusa de no conocer «sus competencias ni las ajenas» y saltarse «a la torera el Pacto Valenciano contra la Violencia de Género y Machista».

Oltra, a través de varios mensajes en Twitter, tachó de «incomprensible» el espacio elegido para ubicar la nueva infraestructura. Tras el varapalo público, Bravo contestó ayer que apoyará «cualquier otro proyecto que sume más y mejor atención y protección para las víctimas del terrorismo machista», y aseguró que siempre ha sido «honesta y leal».

La diputada castellonense por Compromís, Marta Sorlí, también se pronunció a través de Twitter y escribió: «Ocurrencias electoralistas para desmarcarse del pacto valenciano y el pacto de Estado y que perjudican al objetivo común, que es acabar con la violencia de género».

También se sumó a las críticas el PP en boca de su portavoz de Economía en Les Corts, Rubén Ibáñez, quien dijo que Oltra les tiene «muy acostumbrados a esas salidas de tono porque quiere cubrir un espacio que es incapaz de cubrir a través de la gestión».