El Mercado de Abastos de Castelló, en la encrucijada. Lejanos quedan los tiempos del recinto en la hoy flamante plaza de las Comunicaciones, y los de los primeros años en el Collet, cuando los muelles bullían de actividad.

La crisis sanitaria del coronavirus se ha convertido en una espada de Damocles que cuelga sobre el deteriorado Abastos, con un descenso de ventas que llegan «hasta un 40% en algunos puestos» de la lonja de frutas y verduras.

Con estas palabras se manifiestan Pere Ballester y Nati Olalla, director y gerente del mercado.

Ambos reconocen las especiales circunstancias que concurren en un espacio que, como otros del ámbito económico y social, sufre las consecuencias de la crisis sanitaria del covid-19. «Hemos adoptado las máximas medidas de seguridad, como la obligación de los vendedores de llevar guantes y mascarillas, y también la prohibición del acceso al recinto de los particulares, reduciendo el horario habitual hasta las 12.00 horas», relata Ollala.

«MENOS NIVEL DE NEGOCIO»// Una situación que «está haciendo perder el nivel de negocio», ya que «la hostelería y los comedores escolares están cerrados y hasta hace muy pocos días también estaba prohibida la venta ambulante», dice Ballester. Reclama al Ayuntamiento una «nueva desinfectación del mercado, ya que la UME limpió al principio del confinamiento y ahora haría falta una nueva pasada, y más seguridad». Unas instalaciones que ya no son aquellas en las que la actividad comercial era «constante».

Así lo recuerda Ballester, que habla de «decadencia» en el sector de las frutas y verduras. José Ripollés, de Frutas Ripo, detalla que solamente realizan «el 30% de las ventas» que tenían, ya que su especialidad son «los restaurantes y colegios», concreta. «Esto puede ser una ruina», detalla Ripollés, quien califica de «incierto» el futuro del mercado.

Por su parte, Antonio Martínez, de Frutas Bausá, recuerda los viejos tiempos en Abastos, donde llegaron «a tener hasta 40 puestos. Ahora solo son 21». Pero, además de continuar esta situación «muchos de los trabajadores del Mercado de Abastos irán a la calle y cada puesto tendrá como máximo dos vendedores», prevé.

Otra de las características del cambio que está sufriendo la lonja de frutas y verduras de Castelló son nuevos hábitos de compra entre los consumidores. «La tarde anterior hacen pedidos por Whatsapp y realizamos un reparto a domicilio», explica Iordache Danut, del puesto número 1, Fruits. Miguel Ángel Enriquez de Salamanca, de Frutas La Vega, augura un futuro nada halagüeño para unas instalaciones «que están perdiendo interés» durante la crisis por la pandemia.