El conflicto entre la Conselleria de Educación y la empresa adjudicataria de la construcción del colegio Regina Violant de Almassora, Torrescámara, sigue abierto. Ayer, el conseller de Educación, Vicent Marzà, reiteró que «no pagará ni un euro más» por las obras. La firma pugna por una ampliación del presupuesto de 1,2 millones, a la que Educación no va a ceder. «Queremos que la empresa acabe el trabajo por el que se comprometió, e incluso se le ha trasladado una oferta técnica, pero sin más dinero público, que es sagrado», dijo. Los técnicos han certificado ya que esta ampliación «no tiene justificación», por lo que «esperamos que acepten o tendremos que rescindir el contrato».

«Esperamos que tengan la dignidad de que, si no llegan, se retiren y se puedan adjudicar de nuevo las obras, porque el fin es que los niños estén en su sitio», criticó el responsable del área educativa. «No puede ser que una empresa deje colgadas así a tantas familias», aún en barracones.

Una posible rescisión del contrato planea sobre los tribunales, lo que podría alargar el proceso, ya que el Consell no puede convocar un nuevo concurso público hasta que haya una sentencia.