El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, a través de la Dirección General de Carreteras, finalizará esta misma semana los trabajos de demolición de las marquesinas (estructuras de las cabinas de cobro) y del resto de edificios que todavía se encuentran en pie en los peajes de la AP-7 de la provincia de Castellón, confirman fuentes de la Subdelegación del Gobierno al periódico Mediterráneo. De esta forma, y tras ejecutar el reasfaltado de las zonas afectadas, el Ejecutivo convertirá esta carretera en un vial continuo y diáfano tras 46 años de peajes.

FASES

Recién finalizadas las tareas para la demolición de las estructuras en el peaje de Peñíscola-Benicarló, hoy comenzarán en Vinaròs. Con esta última obra, la administración central dará por concluida la remodelación. Como informó este diario, el plan de derribo de los peajes comenzó el pasado 1 de mayo en el acceso de Castelló sur después de que en febrero el Ministerio realizó las primeras acciones de desmantelamiento de unas dotaciones que dejaron de tener razón de ser al liberalizar la autopista, el 1 de enero. De esta forma, en algo más de un mes, el Gobierno central habrá eliminado todo rastro de los antiguos peajes de pago en Castellón, medio año después de la liberalización aprobada por la administración y ejecutada en este 2020. Desde el Ejecutivo han ido realizando estas tareas de desmantelamiento de los peajes a lo largo de toda la Comunitat.

Desde Subdelegación explican a este periódico que la AP-7 funciona en la actualidad con normalidad y permite el paso de vehículos a la espera de los trabajos de asfaltado, todavía por comenzar en el norte de la provincia.

La liberalización de la autopista (desde Tarragona hasta Alicante) supondrá un ahorro de 300 millones para los ciudadanos, como recordó en su día el president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig. De esta forma, en la actualidad, y desde el pasado mes de enero, los castellonenses pueden circular por este vial de forma gratuita. Una medida que en condiciones normales también debería servir de impulso a la movilidad durante el verano, favoreciendo los desplazamientos a las segundas residencias, como previsiblemente ocurrirá en muchos municipios de costa de la provincia en cuestión de semanas.

En función de la desescalada y de la agilidad para permitir el tráfico entre comunidades o incluso a los turistas a lo largo del corredor mediterráneo, igualmente representará una ventaja de tiempo y dinero para los usuarios que veraneen en Castellón.