En un momento de diversos anuncios de huelgas en Castellón para septiembre --examinadores de tráfico, Escuela de Idiomas, además de las de controles de seguridad en aeropuertos en general...-- y tras meses intensos con conflictos laborales de los estibadores y los taxistas, un vistazo a los números oficiales revela que, sin embargo, el número de huelgas y de horas perdidas por paros caen en picado en los últimos años, incluido el inicio del 2017 en este territorio provincial.

La tendencia podría cambiar cuando se conozcan los datos del segundo cuatrimestre, cuando se ha elevado la conflictividad laboral, tal y como apunta el último informe de la patronal CEOE, que solo aporta estadísticas globales de ámbito estatal. Mientras, las cifras oficiales del Ministerio de Empleo y Seguridad Social señalan que entre enero y abril de este año tan solo se convocó en Castellón una huelga, que contó con un total 33 participantes.

ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN

En el conjunto del último año, la cifra de paros se quedó en cuatro, en los que estuvieron implicados 48 trabajadores, cuyas horas no trabajadas fueron 680, menos de la mitad que en el ejercicio previo.

De hecho, estos números del 2016 contrastan vivamente con las 1.512 horas no trabajadas por 116 empleados que participaron en alguna de las ocho huelgas registradas en la provincia en el 2015. Si, además, se echa la vista atrás hasta momentos previos al inicio de la crisis económica, el hundimiento de la conflictividad laboral en Castellón es más que evidente. El archivo histórico del Ministerio de Empleo revela que hace poco más de una década, en el 2006, las horas perdidas fueron 6.256; los trabajadores implicados, 2.150; y los paros convocados y realizados, 21.

UNA «BUENA NOTICIA»

Tanto los representantes de los trabajadores como los empresarios castellonenses valoran como una «buena noticia» para el mercado laboral esta acusada tendencia a reducirse el número de paros y sus implicaciones en la provincia.

El secretario de Organización de UGT-PV y exsecretario general del sindicato en Castellón,

Tino Calero, explica que «es un buen síntoma que no todas las huelgas que se anuncian se llevan a cabo, porque esto quiere decir que hay acuerdos».

Añade que «no hay mejor huelga que la que no se hace, porque siempre comportan costes para trabajadores y empresas».

Calero estima que los datos de descenso en el número de convocatorias y seguimiento de los paros «confirman que, más allá del temor que a veces suscita, la huelga es un instrumento más de la negociación, y prueba la madurez en estos procesos».

Por su parte, el presidente de la gestora de la patronal provincial CEC, Néstor Pascual, entiende igualmente que la evolución que muestran las cifras de la conflictividad laboral es una «buena señal» porque «la gente se da cuenta de que vale más un mal acuerdo que una huelga».

REFORMA

Pascual explica que los ajustes empresariales que, a menudo, son causa de discrepancias con los empleados, al criticar la presión que ejerce la Administración a través de los impuestos, y pide una «reforma» que ayude a mantenerse en pie a las iniciativas empresariales, así como haga posible elevar los sueldos de los trabajadores.