Los graves incendios que han afectado en las últimas fechas a las inmediaciones del parque natural de Doñana y a la Sierra Calderona han disparado los temores de los vecinos de las urbanizaciones situadas en el Corral del Petiquillo de Benicarló. La acumulación de basura que se amontona en los terrenos de este paraje natural, con una extensa superficie arbórea, ha convertido la zona en un polvorín. Plásticos, residuos orgánicos, restos de obras y cristales, plagan el monte poblado de pinos, matorrales, palmitos y en el que luchan por sobrevivir incluso algunas especies endémicas y alóctonas. Así, uno de los principales pulmones verdes de la localidad es, de forma recurrente, un espacio potencialmente peligroso por la posibilidad de que se produzca un fuego.

El problema no es nuevo. Cada cierto tiempo y desde hace varios años, los ciudadanos de las zonas residenciales ubicadas en este área, situada en el límite entre los términos de Benicarló y Peñíscola, vienen denunciando la degradación ambiental de este frondoso pinar ubicado a escasos kilómetros del núcleo urbano benicarlando. Muchos señalan a los responsables de ambas administraciones locales por permitir la situación, que se agrava en estío.

AVISOS / «Desde el centro de coordinación de emergencias de la Generalitat están publicando avisos todos los días advirtiendo de que la situación metereológica prevista supone el incremento de riesgo de incendios y se está llegando a niveles máximos de alerta, pero no hacen nada. No sé a qué esperan para limpiar, que es una forma de aplicar las medidas preventivas que se recomiendan», lamenta una afectada.

Y mientras el Ayuntamiento de Benicarló trabaja en la creación de un departamento municipal que se ocupe exclusivamente de aplicar medidas para poner coto a los delitos medioambientales, la alcaldesa, Xaro Miralles, ya avanzó que el problema del Corral de Petiquillo «no tiene una fácil solución». «Detrás de la acumulación de residuos existen conductas incívicas, porque allí tenemos tres contenedores que están vacíos y a su alrededor está repleto de basura», indicó. Y añadió que «el pinar no es de propiedad municipal y no podemos dedicar fondos públicos».