Un jardín vertical y juegos infantiles en el entorno del colegio Regina Violant. Ese es el proyecto consensuado por el equipo de gobierno de Almassora y los servicios técnicos municipales para embellecer y dotar de servicios a la nueva zona educativa. Cerca de 25.000 euros permitirán reorganizar los accesos en un barrio por el que, a partir de septiembre, se estima que transitará un millar de personas a diario por la apertura del nuevo colegio, el más grande de la localidad, por lo que «ampliar las prestaciones en servicios públicos es una prioridad», indicaron fuentes municipales.

La pared con vegetación, iniciativa dotada con 10.000 euros del total de inversión prevista, se instalará en la nueva plaza que ha dejado a la vista la apertura de la calle trasera, entre Virgen del Socorro y San Ildefonso. Esta actuación también está encaminada a mejorar los espacios verdes en el barrio, justo contra la pista de frontón, que carece de parques y zonas ajardinadas. Es por ello que el próximo mes, una vez completada la mudanza de las antiguas aulas prefabricadas al nuevo edificio, es el periodo escogido para ubicar estas instalaciones.

De hecho, los operarios han eliminado el tabique que impedía el acceso al pabellón B del polideportivo La Garrofera para abrir una nueva vía de paso y evitar colapsos a las horas de entrada y salida del centro educativo. Será precisamente ahí donde el departamento de Servicios Públicos instale nuevas zonas de juegos para que el alumnado del Regina Violant tenga un espacio de esparcimiento al finalizar la jornada lectiva.

El concejal de Servicios Públicos de Almassora, Joan Antoni Trenco, indicó al respecto que la mudanza que ejecuta el Servicio Municipal de Mantenimiento y Logística (SMML) y una empresa de la localidad contratada por el Ayuntamiento avanza a buen ritmo y estará lista «en unos días». Al tiempo, el edil agradeció al equipo docente y la AMPA el trabajo que realizan para poner todo a punto de cara al inicio de curso.

ESPERA // Tras casi tres lustros de espera, la Generalitat ha dotado a la comunidad educativa de este centro público de un edificio «de verdad», sustituyendo a los barracones que, año tras año, y con goteras incluidas acogieron a los alumnos, más de 600 en la actualidad. Una demora que concluyó a finales de julio con la recepción oficial de las obras del colegio, que dispone de una superficie construida de 7.127 metros cuadrados.

La construcción se adjudicó, en segunda instancia, a Añil Servicios, Ingeniería y Obras por 5,3 millones de euros que subcontrató a 23 firmas de la zona.