El Ayuntamiento de Benicarló y la diócesis de Tortosa se disputan desde hace más de un año la titularidad de la torre campanario, situada junto al templo de San Bartolomé. A la espera del juicio, todos los gastos que acarrea el emblemático enclave son con cargo a las arcas municipales. Este mes de diciembre, además de la iluminación navideña, se ha generado un desembolso extra, ya que se ha retirado el pararrayos y se ha sustituido por uno de mayor cobertura, en cumplimiento de la normativa vigente.

«El Ayuntamiento sigue costeando el mantenimiento del campanario como siempre. Cuando se celebre el juicio, si el juez determina que es propiedad de la iglesia, entonces ya será otra cosa», señaló la alcaldesa, Xaro Miralles. En el edificio que acoge el Auditorio Pedro Mercader y el Conservatorio también se han retirado los tres pararrayos.