La alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, anunció ayer el inicio oficial de los trámites de resolución del convenio de Villa Elisa «tras un mes de búsqueda de todos los informes técnicos, jurídicos y fiscales que desglosan el calvario que ha sufrido el municipio a causa de los incumplimientos de la Generalitat», indicaron fuentes municipales. «Son 10 años en los que el Ayuntamiento ha tenido que soportar pagar no solo la deuda de la certificación anticipada de la obra que se ejecutó, sino también todos los gastos de la paralización y el deterioro de la misma», puntualizó Marqués.

Y añadió que «ha sido un suma y sigue de anticipar el dinero, sin que el Consell asumiera su responsabilidad. Y todo eso sin contar que el palacete está en un estado lamentable» y que lo han tenido que ir «adecentando para que no fuese a peor», matizó. «Ahora, por fin, el proyecto tiene una clara expectativa de ejecutarse y no será gracias al Gobierno valenciano, sino gracias a la Diputación de Castellón y el propio Ayuntamiento, que asumirán con recursos propios lo que desde València no han sido capaces de hacer», argumentó la munícipe.

La alcaldesa repasó la cronología y recordó que el proyecto de la restauración inicial se aprobó por el pleno el 15 de diciembre del 2006, tenía un presupuesto de 2,1 millones de euros y los trabajos comenzaron en mayo del 2007. Sin embargo, quedaron parados en diciembre del 2008.

En aquel momento, el consistorio había abonado por adelantado 1.425.702 euros en certificaciones de obra, más 48.595 euros de la dirección facultativa. Apenas quedaban 658.000 euros para que estuviera lista.

Ahora, a esas cantidades hay que sumar la deuda que ha generado la Generalitat, otros 18.373 euros por la resolución del contrato con la firma y más de 100.000 euros de intereses. En total, 1,5 millones de euros. El Consell debe contestar de sus intenciones en el plazo de un mes.