Todas las playas de Benicàssim, Orpesa y Cabanes que tuvieron que cerrarse al baño el pasado fin de semana, al detectarse la presencia de bacterias E. Coli, volvieron a abrirse ayer, una vez recibidos los informes que los ayuntamientos encargaron a un laboratorio privado, cuyos resultados concluyeron que la contaminación fecal de duración corta había finalizado, lo que permitió izar de nuevo la bandera verde en ellas.

Desde primera hora de la mañana lo hicieron las de les Amplàries y Morro de Gos, en Orpesa; y Torre la Sal, en Cabanes, pues ya contaban con los documentos acreditativos de que estaban limpias de contaminación. Y, en torno a las 14.00 horas, hicieron lo propio las benicenses de l’Almadrava, Torre Sant Vicent, Els Terrers y Heliópolis, todas las de la localidad salvo la de Voramar, que no resultó afectada desde el primer momento, al igual que la Concha en Orpesa.

La Conselleria de Medio Ambiente también tomó ayer sus propias muestras, cuyo resultado se conocerá a lo largo de la jornada de hoy, aunque se dieron por válidos los remuestreos encargados por los consistorios.

Por otra parte, en el centro de salud de Benicàssim se registraron «media docena de casos de gastroenteritis que los enfermos han relacionado con el baño en las playas durante estos últimos días», según indicaron fuentes sanitarias que, en cualquier caso, matizaron que es muy difícil achacar a esta u otra causa este tipo de infecciones bacterianas.

Desde el consistorio benicense informaron de que ya se han remitido las cartas a la Conselleria de Medio Ambiente y al secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer,«mostrándoles el malestar del Ayuntamiento por la forma en que se ha producido este incidente y la manera en que se dio el aviso, que ha dejado expuesto al municipio, afectando gravemente no solo a la integridad de las personas sino también a la imagen turística».