El pleno del Ayuntamiento de Burriana aprobó anoche, con los votos favorables del equipo de gobierno y en contra de los tres partidos de la oposición, el presupuesto municipal más inversor de la última década, que asciende a 29.882.000 euros, un millón y medio más que el del 2018.

El incremento se debe, principalmente, a la aportación de las ayudas de la Edusi, así como a las partidas para hacer efectivas las subidas de los sueldos y de los contratos de acuerdo con el IPC.

Entre las inversiones a ejecutar el próximo ejercicio, destaca la rehabilitación del entorno de Sant Blai (540.000 euros) --que ayer adelantó Mediterráneo-- o la adecuación del local para Servicios Sociales (700.000 euros). También acometerán mejoras en el refugio subterráneo del camí d’Onda o en la zona de la Bosca.

La concejala de Hacienda, Cristina Rius, recalcó que «son unas cuentas realistas, con 2,4 millones para inversiones, con marcado carácter social, siempre pensando en el bienestar y la ampliación de los servicios públicos».

MOVILIDAD // En la misma línea se mostraron los tenientes de alcalde, Vicent Granel y Maribel Martínez. El primero añadió: «Tenemos en cuenta aspectos para el desarrollo, como la movilidad sostenible o la participación en la calle». Mientras que la edila recalcó la «alta implicación social».

Juan Fuster (PP) tachó el planteamiento de «electoralista» y lamentó que no reducen «ningún impuesto ni tampoco las tasas», con unas prestaciones para los ciudadanos «cada vez peores».

Por su parte, Mariola Aguilera (Cibur), consideró que «es un presupuesto para ricos en una ciudad de pobres. Es ridículo». Criticó que no se incluyen gastos para Sant Gregori, ni tampoco para el plan estratégico de turismo.

«falta de respeto» // En el orden del día también estaba prevista la reprobación al edil de Cementerio, Vicent Aparisi, tras denunciar unos vecinos que el pasado día de Todos los Santos el también teniente de alcalde les trató «a gritos y con falta de respeto». Finalmente, cayó la moción ante el arrepentimiento de Aparisi y la promesa de hablar personalmente con el vecino afectado.