El mundo fallero de Burriana se congregó anoche en la explanada anexa a los chiringuitos para participar en la ya tradicional cena de pa i porta con motivo de la próxima festividad de Sant Joan. Cerca de 1.100 personas acudieron a la llamada. En esta ocasión, la fiesta arrancó ya por la tarde, con actividades infantiles y talleres para elaborar la hoguera. La parte central la aportaron las comisiones, con piezas de sus carrozas, y los voluntarios pintaron las partes inferiores.

La velada fue a beneficio de Aspanion, la Asociación de Padres de Niños con Cáncer, y de ahí el lema de Burriana pinta en rosa. En mayor o menor medida, todas las entidades estuvieron presentes, ya que tiene lugar cuando apenas hay actos festivos a la vista.

No faltaron las reinas falleras 2018, Judit Pesudo y Ana Giménez, acompañadas de sus respectivas cortes de honor, así como por la edila de Fiestas, Luisa Monferrer, y el resto de integrantes de Junta Local. El presidente de la Federació de Falles, Salvador Doménech, destacó que la cita «se va arraigando, y cada vez viene más gente, pero se trata de un acto abierto». La agrupación distribuyó las mesas y repartió la bebida y el postre y se encargó de la discomóvil que animó la convocatoria hasta la madrugada.