Burriana vibra de nuevo con su tradicional Cavalcada del Ninot. Un evento que genera un gran ambiente en las calles de la ciudad y que, de nuevo, basa sus críticas en la actualidad. Con mucha ironía e ingenio, las comisiones falleras se decantan por las connotaciones de temáticas locales. Los políticos salen en gran parte de ellas en mayor o menor medida. Y más este año, que hay elecciones. Así, se ironiza con cuestiones como el radar de la Policía Local que se esconde entre arbustos y contenedores de basura para cazar a conductores veloces, como es el caso de Don Bosco.

En cuanto a la clase dirigente, La Mercé la traslada a la época romana. Calatrava va un poco más allá y también introduce el urgente asfaltado de calles, la actuación del mercado municipal o la pasarela del Clot.

El Barri València hace sátira de los problemas que arrastra con su casal por la falta de insonorización y las denuncias del vecino de arriba. Es la suya una procesión de penitencia. Sant Josep y Chicharro hacen de la naranja su estandarte, en solidaridad con la situación que sufren los productores de cítricos.

En definitiva, un pasacalle para ver, vivir y disfrutar.