Vilafranca contará con un nuevo pozo que garantizará el suministro definitivo de agua a los más de 3.500 castellonenses que viven en este municipio y en Benassal, y que dará respuesta a una demanda histórica. El proyecto comarcal cuenta con la colaboración de la Generalitat, que invertirá un millón de euros en la construcción de un nuevo pozo, y de la Diputación, que destina 20.000 euros a la adquisición de los terrenos de titularidad privada para acometer esta obra. Los trabajos de la infraestructura para extraer aguas subterráneas se ejecutarán en la zona de les Llargueres, pues el abastecimiento que ofrecía el pozo ubicado en esta área resultaba insuficiente.

El jefe del Consell, Ximo Puig, visitó ayer Vilafranca, acompañado por el presidente de la instutución provincial, el alcalde de este municipio, Óscar Tena; y su homóloga de Benassal, Mari Luz Monterde; y se comprometió a apoyar el proyecto del pozo que permitirá garantizar «agua para siempre» en estas localidades. «Tal y como confirman todos los estudios, el acuífero regional tiene una gran cantidad de agua que podría aportar cierta estabilidad en cuanto al suministro y podría garantizar agua para la actividad industrial, el turismo y para la población», declaró Puig.

La obra del pozo saldrá a licitación en las próximas semanas y tendrá un coste de un millón de euros, que asumirá la Generalitat. El president destacó la implicación de la Diputación, como ejemplo de «trabajo conjunto» entre las instituciones, para que el próximo verano «no tengamos miedo por la falta de agua».

Por su parte, Moliner, que impulsó esta inversión facilitando la financiación para la compra de los terrenos encargando a técnicos de Diputación el proyecto de obra y promoviendo que la Generalitat financiase la misma, anunció que la previsión es que el verano del 2018 sea el primero sin incertidumbres de suministro de agua en esta zona.