Una Escola d’Estiu viajera es el antídoto del Ayuntamiento de Onda y la parroquia de San Bartolomé contra la exclusión social los meses de julio y agosto.

En las instalaciones del barrio de Monteblanco, doce menores realizan actividades socioeducativas a cargo de tres monitores y una monitora que han formado parte del taller de empleo de dinamización de actividades de tiempo libre educativo infantil y juvenil de la oenegé Quisqueya.

Actividades como los trucos de magia que Naiara no para de hacer mientras se sube a un caballo de cartón y repite: «Hazme fotos, hazme fotos». Otro día tocó viajar a Grecia, pasando por la tela de araña tejida por Aracne.

Cuatro menores van a l’Escola d’Estiu d’Art y otros tres participan en l’Estiu. Después regresan a la parroquia para comer junto a sus compañeros y algunos niños del centro de día de Quisqueya.

A las 15.00 horas regresan a sus casas, pero con la merienda lista. Los instructores terminan su jornada a las 17.00 horas y en esos 120 minutos preparan las actividades del día siguiente.

La teniente de alcalde de Política Social, Mari Carmen Aguilella, explica que el objetivo es «propiciar procesos de inclusión de estos menores, asegurándoles tres comidas al día: almuerzo, comida y merienda». El consistorio invierte casi 23.000 euros.