La aplicación de las medidas contempladas en el plan director del castillo, impulsado desde la Diputación de Castellón, llega hoy a una nueva fase, con la apertura del edificio del faro como taquilla. De esta manera, el reducido espacio situado junto a la entrada de la fortaleza templaria deja de ser el punto de venta de billetes para pasar a una dependencia más espaciosa y dar allí servicio.

Durante el día de ayer, trabajadores del monumento se dedicaron a dar los últimos retoques para este cambio, una vez han quedado finalizadas las obras de restauración del faro, un inmueble de 125 años de historia que se encuentra al lado de la fortaleza. En el exterior, un cartel señala la puerta de entrada para conseguir los tíquets y hay también placas con información sobre el horario de este emblemático enclave.

inversión // La remodelación comenzó el otoño pasado, con una inversión de más de 200.000 euros por parte de la administración provincial, y ha culminado con unas semanas de retraso sobre el calendario previsto, por lo que no se pudo cumplir con el objetivo de finalizarla para el periodo de Semana Santa. Además de la taquilla de la planta baja, se ha actuado en el piso superior, donde habrá una sala polivalente y otro espacio dedicado a las dependencias administrativas.

permisos previos // Para hacer posibles las intervenciones, previamente, se consiguió el permiso de cesión de la Autoridad Portuaria de Castellón, propietaria de la instalación, que seguirá gestionando la infraestructura dedicada exclusivamente para el mantenimiento del faro que cuenta, tras las obras, con un acceso independiente. Después de la entrada en servicio de la nueva prestación, se espera que en un corto espacio de tiempo se proceda a la inauguración de la misma.

En los últimos años, la Diputación ha desarrollado diversas acciones en el castillo con la finalidad de hacerlo más atractivo a los visitantes e incrementar el número de entradas actuales.

En todo este tiempo, se ha procedido a la recuperación de elementos arquitectónicos originales en la planta baja y el espacio que habitó el Papa Luna, la reapertura de los jardines de la fortaleza, cuyo acceso está incluido en el precio de la entrada, y la colocación de escenografías, maquetas y proyecciones en las salas rehabilitadas del mismo.