El mal tiempo concedió una tregua y las últimas horas de las fiestas de invierno de Peñíscola pudieron mantener buena parte de la programación prevista. Si durante la jornada del sábado la lluvia obligó a suspender las paellas, ayer domingo se celebró la fideuà popular, que repartió cerca de 500 raciones. Cada comensal pagó la cantidad simbólica de un euro, una recaudación que irá destinada a la Asociación contra el Cáncer de Peñíscola.

La lluvia hizo acto de presencia en las primeras horas de la mañana, por lo que se tuvo que cancelar la actividad infantil prevista en la Plaça de Bous. Pero el final de la lluvia y la tímida aparición del sol a media mañana animó a mantener la fideuà. La mayor parte de participantes comieron en la carpa de la plaza Santa María, resguardados del intenso viento que soplaba. También se celebró la presentación de los equipos del Bàsquet Club Peñíscola, entidad que participa activamente en estas celebraciones. Y por la tarde, en la misma carpa, se hizo una chocolatada para los más pequeños. Lo que sí que se suspendió fue el encierro infantil previsto con anterioridad.

LA METEOROLOGÍA // La meteorología ha sido la protagonista involuntaria de esta edición de las fiestas de invierno peñiscolanas. A pesar de ello, el agua dio una tregua por las noches, por lo que se celebraron con normalidad las actuaciones musicales y los encierros en la calle Saiz de Carlos. La última noche registró un lleno total en la carpa, con la actuación de la orquesta Platea y una notable afluencia en la suelta de vaquillas en la madrugada.

Tras este intenso fin de semana, la Concejalía y la Comisión de Fiestas del municipio ya ultiman los preparativos de las actividades navideñas. Como gran novedad, ya se ha anunciado que habrá una fiesta de Nochevieja en la que los peñiscolanos y visitantes podrán bailar en una carpa que se situará en un espacio céntrico de la localidad. Con esta iniciativa, el Ayuntamiento de Peñíscola pretende aportar un nuevo aliciente para dar la bienvenida al nuevo año 2017.