La última reunión, celebrada el pasado viernes, entre las cabezas de lista de PP, Susana Marqués, y Ciudadanos, Cristina Fernández, dejó bien clara la exigencia del partido naranja para alcanzar un pacto de gobierno en Benicàssim, compartir la alcaldía durante la próxima legislatura, repartiéndose la vara de mando dos años cada candidata, tal como había adelantado Mediterráneo. La respuesta de la actual munícipe al órdago de Cs fue rotunda. «La alcaldía es innegociable, así lo expresaron nuestros votantes en las urnas», asegura Marqués.

Pese a este primer distanciamiento, la aspirante popular aún confía en poder llegar a un acuerdo de investidura y espera que el escaso margen de tiempo que queda para negociar --el sábado se constituyen los ayuntamientos-- haga que vayan rebajando sus pretensiones. «El pacto natural es con Cs, así que vamos a reiterar el contacto estos días», destaca, aunque avisa del orden para llegar a un entendimiento: «Primero, un acuerdo programático y luego ya vendrán los cargos».

Tras la negativa de Marqués a su propuesta de alternarse «al 50%» en el Ayuntamiento, Fernández no descarta otras vías para llegar al ejecutivo benicense. «Siempre hemos dicho que el PP es socio prioritario, pero no el único», puntualiza la alcaldable, quien estuvo ayer en València para delimitar las alianzas de Ciudadanos a nivel provincial, como integrante del comité autonómico de pactos del partido.

SUMA DE IZQUIERDAS // Al margen de las desavenencias entre estos dos grupos, el cabeza de lista local de los socialistas, Miguel Alcalde, se muestra convencido de que PP y Cs «acabarán entendiéndose» y constata que la suma de concejales que ha logrado la izquierda --cuatro el PSPV, dos Compromís y uno Podem-- no les sirve para gobernar. «Con siete no llegamos, es una evidencia», afirma, a la vez que esquiva un posible entendimiento con Ciudadanos. «No lo veo, no es un acuerdo natural, nosotros no somos de hacer saltos malabares», concluye el candidato socialista.