La falta de empleo y la precariedad laboral todavía hacen estragos y moviliza a centenares de personas oposición tras oposición. Ayer fue en Almassora, donde se presentaron más de 300 aspirantes para la bolsa de conserje en el municipio. A mediodía arrancaba la prueba en el IES Vila-roja, después de ver desfilar a los responsables del trámite, custodiando las 15 cajas que contenían los exámenes que, tras meses de preparación, abrirá la puerta del trabajo estable a uno de ellos.

No obstante, también hubo quien fue a «hacer la quiniela» (al ser tipo test), tal como manifestó uno de los aspirantes, aunque, ciertamente, estos casos son residuales. La mayoría de ellos había dedicado numerosas horas de estudio, algunos incluso yendo a academias, «aunque tampoco es garantía de nada», aseguró una de las candidatas a la plaza.

PREPARACIÓN // El temario constaba de seis áreas que dotan al futuro funcionario de los conocimientos necesarios para desempeñar el cargo. Por ejemplo, debe conocer el municipio, edificios emblemáticos, monumentos, principales calles y plazas, o la organización y competencias de la localidad. También tienen que estar formados para presentar solicitudes y escritos, el uso no sexista del lenguaje y riesgos laborales. Otro tema es el de la custodia de máquinas, mobiliario, control de accesos y la apertura y cierre de edificios.

Los futuribles empleados públicos destacaron la dificultad de conformar el temario. «Solamente nos dan los ítems, luego te lo tienes que buscar tú todo: manuales, leyes o decretos», comentó una vecina de Burriana, que completó la prueba. Su compañera también se mostró crítica con las tasas que, en algunos casos, las considera «abusivas». «No es el caso de Almassora, porque es una de las administraciones con precios más bajos, pero, por ejemplo, en la Vall he llegado a pagar más de 30 euros», detalló.

La de ayer fue la primera de las tres fases que deberán superar. Tras desvelar las calificaciones en los próximos días llegará la parte del concurso y la entrevista.

TESTIMONIOS// Reyes Traver tiene 28 años, es de Burriana y actualmente trabaja en la biblioteca de su ciudad. En breve, acaba el contrato y quiso probar suerte con la bolsa de empleo de conserje en Almassora. Es consciente de que se presenta mucha gente, pero explica que la clave es «ir siempre a por el sí». En el caso de Juan Carlos Beltrán, vecino de Almassora, ser conserje es vocacional, además de que quiere tener un trabajo más estable. Actualmente es comercial y los ingresos varían según las ventas que logra. Su padre fue bedel del colegio Serrano Súñer de Castelló durante más de 30 años.