La cochinilla y el escarabajo negro ponen en jaque las chumberas (Opuntia spp) y piteras (Agave americana) del río Millars. Las plagas de estos insectos, que apenas miden pocos milímetros, arrasan desde hace semanas con estas plantas arraigadas en el paraje natural, que engloba a los términos municipales de Almassora, Burriana y Vila-real. Lo que parece una crisis ecológica, sobre todo a primera vista por el aspecto desolador que ofrecen los vegetales, en esta ocasión se transforma en una oportunidad. Y los parásitos en «aliados» de la biodiversidad.

CONTROL

«Nos hacen un favor, ya que la problemática afecta, principalmente, a estas dos especies catalogadas como invasoras. Eso sí, la propagación de estos bichos es grande y llevamos un control. Destacan las cochinillas que chupan la salvia de las chumberas y dejan un algodón blanco que provoca que sequen y mueran. Respecto a las piteras, el escarabajo negro las perfora y alrededor de las devastadas rebrotarán más desde abajo», detalla el guarda rural, Javier Rodríguez.

Ante esta incidencia medioambiental, los encargados de vigilar la zona efectúan un exhaustivo seguimiento. «Por el momento, no es una afección grave. Asimismo, técnicos especialistas también están alerta. Vamos retirando cañas en puntos sensibles y analizando que los insectos no se expandan. Son un caso parecido al picudo rojo que se concentra en las palmeras y no salen de ellas», según Rodríguez.

Por su parte, el biólogo y representante de Cruz Roja de Nules, Ramón Saborit, considera que «además del Millars, la plaga de cochinilla ataca severamente a chumberas de la Sierra de Espadán. Este vegetal llegó desde América y era cultivado en secano. Cuando se abandonó su explotación, se escampó y acabó como un invasor. Por eso, este conflicto puede ser para bien».

PLAN EN MARCHA

Este autocontrol de la naturaleza también sirve para fomentar la recuperación forestal de especies autóctonas en la desembocadura del río.

A ello, se suma el plan de la Fundación Caja Castellón y Bankia, con el apoyo del Consorcio del Millars, que tiene como meta eliminar estas plantas conflictivas con acciones de mejora ambiental. Las actuaciones se centran en desbroces selectivos de herbáceas y corta de vegetales. La iniciativa, que arrancó en diciembre, suma ahora el respaldo imprevisto de los parásitos.