Aunque, en principio, la alcaldesa de la Vall d’Uixó, Tania Baños, anunció que el presupuesto del 2019 se llevaría a aprobación en el pleno ordinario de enero --convocado para mañana--, finalmente, este acuerdo se verá aplazado hasta una sesión extraordinaria.

El trabajo administrativo que acompaña a la tramitación de las cuentas públicas del consistorio ha obligado a cambiar los planes del equipo de gobierno. Una vez la documentación económica esté completa, «hará falta tiempo para que los grupos municipales puedan consultarlo y hacer sus propuestas», según detallaron ayer fuentes del consistorio.

La propuesta en elaboración plantea unas cuentas que ascienden a los 34,8 millones de euros, de los cuales 3,5 corresponden a las inversiones incluidas en el Plan Edificant. Hace apenas nueve días, el propio concejal de Hacienda, Javier Ferreres, adelantaba a Mediterráneo que definen un proyecto «que es social y también realista», que incorpora «la cuarta bajada consecutiva del IBI» en lo que llevamos de legislatura.

El retraso en su elaboración, como explicó el edil, es consecuencia de la aplicación --por decreto del Gobierno del Estado-- de la subida del sueldo de los funcionarios (un 2,25%), así como la del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que afecta a la contratación de, por ejemplo, los talleres de empleo. El equipo de gobierno ha querido adaptar estas magnitudes antes de la aprobación definitiva por parte del pleno.