Las pruebas de presión de la tubería bajo el puente de Farja --en construcción actualmente en Benicàssim-- pudieron hacerse esta semana con resultados favorables. Así lo confirmó ayer el concejal de Urbanismo, Carlos Díaz.

Las comprobaciones para asegurar que no hay pérdidas de agua se realizaron con los tapones fabricados a medida, ya que los anteriores que se utilizaron saltaron y no permitían la correcta ejecución de estos estrictos tests que reivindica Acuamed.

Ahora, los técnicos trabajan en la recopilación de la documentación para enviarla cuanto antes, con el fin de obtener el visto bueno para proseguir. Hasta que el consistorio no reciba su autorización no podrá acabar la actuación, que solo tiene pendientes tareas finales de asfaltado, tanto del nuevo vial como del puente.

Según apuntó el edil, «el simulacro fue ejecutado a mucha más presión de cómo funcionará después la tubería, cara a tener la seguridad de que no producirá ningún problema en el futuro».

Es la canalización que conecta la desaladora con los depósitos de la subida de las urbanizaciones, la cual transcurre por el antiguo trazado del ferrocarril.

«La tubería tuvo que modificarse e instalar por dentro del puente, conectándola de nuevo», explicó el concejal. «Desde Acuamed nos exigieron hacer estas pruebas con mayor fuerza de la que era necesaria y así lo hemos hecho, garantizando que no va a tener pérdidas», afirmó.

Este contratiempo ha supuesto una inversión de alrededor de 70.000 euros, que se suma al presupuesto global de la obra. Por lo tanto, el Ayuntamiento deberá impulsar una modificación de crédito próximamente para afrontar el citado imprevisto.

El responsable municipal confía que en un periodo aproximado de un mes y medio la actuación pueda estar finalizada y con la infraestructura abierta.

ENLACE // La nueva conexión enlazará la calle Boniche con la glorieta existente, que une los viales Evian-les-Bains, Miguel Peris y Albéniz. La actuación incluye la construcción de un nuevo vial con una longitud aproximada de 210 metros para conectar los dos márgenes del barranco y las zonas urbanas ubicadas a ambos lados. El puente permitirá unir el casco urbano con la zona residencial en la parte de la calle Romerets, así como con las playas y el encauzamiento del barranco.