A poco más de 15 días de las elecciones autonómicas, los vecinos del barrio Carmaday de la Vall d’Uixó han querido hacer pública su «decepción» y dicen sentirse «engañados» por la Conselleria de Obras Públicas, respecto del proyecto de reforma de las rotondas construidas esta legislatura en los accesos a la ciudad.

Estas polémicas glorietas han sido motivo recurrente de enfrentamiento entre los residentes en la zona, el Ayuntamiento y la Conselleria que dirige la también vallera Mª José Salvador. El proceso ha pasado por diferentes fases y en todas ellas, aunque el consistorio ha manifestado en público su predisposición para hallar una salida que dé respuesta a las reivindicaciones de los afectados, estos consideran que la mediación «ha servido de muy poco» porque, con la legislatura prácticamente concluida, «ni hay solución ni se la espera», aseguró el presidente de la Asociación de Vecinos, Wenceslao Jiménez.

ÚLTIMO PROYECTO / El roce más reciente tuvo que ver con la presentación por parte de los afectados de un borrador del que creían era el mejor diseño para modificar la controvertida isleta. Una propuesta dibujada a mano que pasó del Ayuntamiento al Conselleria, pero que quedó en anécdota.

Tras ese episodio, desde el Consell pidieron una propuesta técnica «seria» que económicamente «no estaba» a su alcance, a parte de que estimaron «que era la Conselleria la que debía hacer ese proyecto» y no ellos, según argumentó ayer Jiménez.

VARIAS PROPUESTAS / Finalmente, con la colaboración municipal, se encargó la redacción de varias propuestas que «hará como un mes se enviaron a la Generalitat», pero desde entonces no saben «nada». Y los ánimos se han visto afectados. «La gente, después de tanto tiempo, cree que en la Conselleria nos están tomando el pelo» y tienen la certeza de que «se producirá el cambio de gobierno sin que se hayan cumplido la promesa» que les hicieron. Jiménez recuerda: «Nos comprometimos con ellos a quitar las pancartas de denuncia. Nosotros hemos cumplido nuestra parte, hemos esperado y seguimos igual».

Desde la asociación de vecinos recuerdan que esta rotonda «ha dado problemas desde el primer día», ya que los vehículos de grandes dimensiones no pueden maniobrar como consecuencia del diámetro de la circunferencia. La decisión de desviar los camiones de un mayor tonelaje «solo es un parche, porque ellos mismos reconocen que un autobús de 16 metros no puede circular».

Los residentes exigen que se modifique «sustancialmente» el trazado, ocupando unos terrenos expropiados hace años, pero disponibles hace apenas uno.