En principio Cédric Bakambu tenía muchos motivos para festejar con euforia sus dos decisivos tantos en el Astaná Arena, el doblete que ha llevado al Submarino a asegurar el liderato del grupo A a falta de la última jornada y con él una plaza en el bombo de los cabezas de serie en el sorteo de los dieciseisavos de final de la Europa League, lo que en teoría librará a los amarillos de los peores rivales para jugarse el pase a los octavos de la competición.

Sin embargo, en el primer gol, el que colocaba con ventaja al Villarreal y confirmaba la remontada ante los kazajos, el rostro de Bakagoal permaneció con un rictus casi sepulcral. El delantero congoleño, nada más batir a Eric, cruzó sus muñecas como si estuviera esposado. No es el único jugador africano al que se le ha visto este reivindicativo gesto en los últimos días. ¿El motivo? Protestar contra la esclavitud que un documental de la CNN desveló en pleno siglo XXI. En él se puede observar una puja de personas en Libia. «Hombre fuerte para trabajar», dice un libio colocando su mano sobre el hombro de un subsahariano. A partir de ahí, los dólares, las manos y los gritos empiezan a proliferar hasta que alguien se hace con la propiedad del subastado. El balonmpié no ha querido vivir de espaldas a esa tristísima realidad que se vive en el país del norte de África.

La protesta del fútbol

«Fuck slavery» («jódete esclavitud») fue el mensaje que el propio futbolista del Villarreal dejó en las redes sociales tras el encuentro de Europa League, mostrando su compromiso en la lucha contra esta lacra. El pasado fin de semana, en la Liga, el valencianista Kongdobia se sumó a la protesta: «Fuera del fútbol, no estoy en venta», fue el lema que desveló bajo su camiseta al término del partido ante el Espanyol. No fue el único. En la jornada futbolera del pasado fin de semana Paul Pogba, del Manchester United, y Cheick Doukouré, del Levante, se unieron a la lucha contra la esclavitud celebrando sus goles como lo hizo en la tarde de ayer Cédric Bakambu, con los brazos unidos simulando tener las manos encadenadas.

Feliz ‘centenario’

El gesto solidario de Bakagoal no eclipsó, sin embargo, un día especial para el delantero de 26 años, parisino aunque con fuertes lazos hacia el país de sus padres, la República Democrática del Congo. Ayer Bakambu cumplía 100 partidos oficiales vistiendo la camiseta amarilla. Con el de Astaná, el 17 sumaba 25 encuentros en competición continental, adornados, tras el doblete decisivo, con 12 goles.

El internacional congoleño añade otros 71 partidos de la Liga española, en la que ha perforado en 31 ocasiones las portería rivales, y cuatro de la Copa del Rey, en la que también ha dejado impronta de su instinto asesino con cuatro dianas.