Bale encontró el premio a sus meses de sufrimiento, siendo el protagonista (con permiso del VAR) del pase del Real Madrid a la final del Mundial de Clubs. El galés, con un gol salvador, propició la remontada a nueve minutos del final y sacó a su equipo del esperpento, víctima de graves errores defensivos y de concentración ante un Al Jazira que tuteó al vigente campeón (1-2).

La reivindicación de Bale llegó en una nueva reaparición, siendo decisivo en los pocos minutos que puede jugar por sus eternos problemas en el sóleo izquierdo. Resolvió en la Copa del Rey ante el Fuenlabrada y repitió en otro encuentro que iba camino de un ridículo histórico, marcando en el primer balón que tocó.

El debut del Madrid tuvo sobresalto inesperado. Nadie creía el marcador al descanso. Un 1-0 en su contra tras 17 remates y cinco paradas que convertían en héroe al portero Ali Khaseif. Sentir tanta superioridad condujo a la relajación defensiva y al desorden en demarcaciones que aprovechó un rival modesto pero con las ideas claras que provocó la histeria con un 2-0 nada más arrancar el segundo acto, anulado por fuera de juego, a instancias del VAR que, con 0-0, tampoco había dado validez al tanto de Casemiro.

La abismal diferencia de calidad entre ambos equipos llevó a Ten Cate a reforzar su planteamiento defensivo, que no evitó el goteo constante de ocasiones madridistas con nulo acierto. De marcar cinco en la primera parte ante todo un equipo Champions como el Sevilla, a quedarse a cero ante un rival que jamás llegaría a la elite del fútbol español.

El baño madridista no tenía premio. Iban pasando los minutos según crecía la figura del portero local, que se lesionaba en una de sus paradas. La única baza del Al Jazira llegaba al contraataque, que cogió por sorpresa a una retaguardia desconocida.

Tras el parón del VAR, el susto del gol de Romarinho, que se tornó en pánico, en el 47’, con el 2-0 que, a la postre, no subió al marcador. El cambio del guardameta acabó con la resistencia emiraití y Cristiano Ronaldo, a continuación, devolvió las tablas. Bale, en el 81’, citó al Real Madrid con el Gremio en la final del sábado.