Si hay un nombre que relaciona a la perfección la provincia de Castellón y la élite del fútbol español ese no es otro que el de Bruno Soriano Llidó. Será también la gran ausencia del primer derbi autonómico de la temporada ante el Valencia, el que este sábado se disputará en Mestalla y en el que la representación provincial será exclusiva de Pablo Fornals, el internacional sub-21 que está llamado a heredar el trono de Bruno a medio plazo.

El de Artana deberá esperar un poco más para volver a sentir los nervios de la competición, aunque Bruno ya está en condiciones de asegurar que está en «la recta final» de su recuperación —alargada tras la operación de la tibia izquierda el pasado julio por culpa de una inoportuna bursitis— y de poder ayudar al equipo de Javier Calleja a cumplir sus objetivos y dejar de lado el malhumor que le provoca «entrenar en el gimnasio y, sobre todo, quedarte en la grada o en casa cuando llegan los partidos», «el momento más difícil de la semana», recalca el capitán del Submarino, que ha vivido en este 2017 su peor experiencia desde su llegada al fútbol profesional: «Nunca había estado tantos meses fuera».

Bruno es la gran esperanza de la afición amarilla para que en el 2018 el Villarreal pueda dar el salto definitivo y poder pelear por sus objetivos, esos de los que no le gusta hablar al centrocampista «hasta que no llegan las cinco o seis últimas jornadas». «Decir cualquier cosa ahora sería tirar piedras sobre nuestro propio tejado. Debemos ir con humildad», señala Bruno, al que se le ilumina especialmente el rostro cuando se le cita la posibilidad de que el Submarino pudiera levantar por fin un gran título en el presente ejercicio. En España... o en Europa. «¿Por qué no soñar con la Europa League? Para eso estamos en el bombo», dice.

El sueño de querer hacer cosas grandes en el equipo que es actualmente referente en la provincia y la trayectoria de Bruno fueron ayer los ejemplos que la Diputación provincial quiso esgrimir ante casi medio centenar de jóvenes deportistas que ayer recibieron, de manos de uno de los iconos del deporte castellonense, las becas del 2017. «Un niño de Artana al que nadie ha regalado nada y que sabe muy bien lo que es trabajar duro para cumplir unos objetivos», le presentaba el presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, ante un abarrotado salón de recepciones del palacio provincial.

EL MENSAJE DE BRUNO / El centrocampista del Villarreal relató su experiencia y el «sacrificio» que le ha llevado a ser el futbolista castellonense más destacado de los últimos años —una grave lesión con tan solo 16 años, su salida momentánea de la cantera amarilla o la etapa en la que compaginó sus trabajos en la cantera o en la obra y el fútbol—, pero sobre todo lanzó un mensaje a los encargados de encauzar el futuro de las jóvenes promesas del deporte castellonense: «No se puede meter presión a un niño. Lo principal en esas edades es disfrutar, no ir siempre buscando al futuro Messi o al futuro Cristiano».