El clásico de hoy en el Camp Nou estalló anoche muy lejos del santuario azulgrana cuando el portal Football Leaks denunciaba que Cristiano Ronaldo habría ocultado desde el 2009 un total de 150 millones de euros, procedentes de sus derechos de imagen, en varias empresas de las islas Vírgenes Británicas. Según esta información, la gran estrella del Real Madrid habría pagado solo 5,6 millones de impuestos al fisco español, menos del 4% del total que le correspondería haber abonado en consonancia a los 150 millones.

Según explica Football Leaks, estas empresas pantalla del portugués funcionaban de forma completamente opaca y no tenían una actividad real. Es decir, no contaban con ningún empleado, ya que todas ellas funcionan a través de testaferros. De hecho, Hacienda ya estaría investigando a CR7 desde diciembre del 2015.

Ronaldo no es el único nombre que saca a relucir Football Leaks. También su excompañero en el Madrid Mesut Özil aparece en esta lista de presuntos evasores fiscales. De hecho, los nombres de José Mourinho y Jorge Mendes, el agente de futbolistas más importante del mundo, también están bajo la lupa de Hacienda.

EL balón, PROTAGONISTA // Ya en el plano deportivo, Barcelona y Madrid disputan un clásico en el que los azulgranas pueden perder media Liga, teniendo en cuenta que los blancos se han distanciado a seis puntos, el margen más amplio a su favor en un Clásico en los últimos 13 años.

Luis Enrique, eso sí, restaba importancia al encuentro que arranca a las 16.15 horas: «No creo que el resultado sea determinante ni que nadie se atreva a decir que será determinante», dijo Luis Enrique, apresurándose a desdramatizar las consecuencias de que el Madrid, que lleva 32 partidos sin perder, pueda marcharse de Barcelona con nueve puntos de ventaja, que representaría «una distancia más que interesante» para el cuadro de Zidane. «O eres optimista o te tiras ventana abajo», añadió el entrenador del Barça para tratar de disipar el endémico pesimismo, ni que sea residual, de los culés.

No existe casuística, disputados 86 partidos entre los eternos rivales en Barcelona, que permita predecir qué pasará en el clásico, apenas el primer asalto entre los favoritos. El Barça ha ganado, ha empatado y ha perdido, yendo por delante del Madrid en la Liga y yendo rezagado respecto a él, en épocas de bonanza y de crisis. Lo mismo vale para los blancos, que se pasaron 20 años sin vencer en el Camp Nou y en ese periodo conquistaron nueve Ligas, por siete los azulgranas.

EL REGRESO DE INIESTA / Lo positivo para el Barça es que hoy vuelve Andrés Iniesta, invocado para enderezar el rumbo del equipo. Solo tres de los siete partidos que se ha perdido el capitán desde que se lesionara en Valencia se saldaron con la victoria.

«Iniesta es nuestro capitán y uno de los referentes del estilo del Barça, pero no creo que el estilo varíe por la inclusión de un jugador», analizó Luis Enrique, feliz por solucionar un problema irresoluto, más allá de las décimas de fútbol perdidas sin el ‘8’.

Junto a Iniesta, cerca, muy cerca, se colocará Leo Messi para establecer esa vieja y contrastada alianza que tantos títulos ha aportado a las vitrinas.

Y dejando de lado al Hércules, el recuerdo más inmediato es el decepcionante partido de San Sebastián, donde el Barça dio una imagen de extravío preocupante. El peor de la era Luis Enrique. Salvo alguna «pincelada» que dibujará el técnico, que podría ser la ubicación de Mascherano como lateral en lugar de Sergi Roberto, en la misma alineación solo se espera la mínima novedad de Iniesta para que opere la máxima transformación al equipo.

zidane, sin confianzas / «No me fijo en Anoeta. Jugamos contra el campeón y los campeones siempre aparecen en los partidos grandes», reflexionó Zidane, sin alterar un ápice su serenidad en la sala de prensa. Sin una muestra tampoco del optimismo que pregonaba Luis Enrique pese a tener motivos: por haber ganado en su primer clásico y por la racha de su equipo, que no pierde desde el 6 de abril.

Los blancos llegan sin Bale, Kroos y Morata, pero en el Madrid quieren prolongar su racha.