Dos errores puntuales pero groseros dejaron al Villarreal sin puntos en el inicio liguero: 1-2 ante la Real Sociedad.

En el Estadio de la Cerámica todo estaba dispuesto para que el estreno oficial de los amarillos se convirtiera en una fiesta ante su afición, que hacía 16 años que no veía un debut de los suyos en Primera. Era una jornada destinada a celebrar con un triunfo uno de los momentos más esperados en el fútbol español en los últimos años: el regreso de Cazorla tras un calvario de dos años. Gerard Moreno, al cuarto de hora, acercaba esa doble celebración. Pero dos fallos graves de los dos centrales del Submarino, Funes Mori y Álvaro, tornaron en funeral el que debió ser un día especial.

Calleja apostó para el debut liguero por un 4-4-2, con doble pivote, sin demasiada presencia física pero sí con una amplia generosidad en el esfuerzo. Como ya se apuntó en la pretemporada, Cáseres era fijo en una plaza en la que la marcha de Rodrigo al término de la pasada campaña dejó dudas. A su lado, el técnico amarillo eligió a ese gran proyecto de mediocentro que es Morlanes. El canterano no fue solamente el que más kilómetros recorrió en la primera parte, sino el que lo hizo a mayor velocidad, oxigenando una medular en la que Fornals partió desde la banda derecha para, de ahí, buscar posiciones en las que hacer daño en las cercanías del área; y Cazorla dejó detalle tras detalle de calidad. El regreso del asturiano al Villarreal y al fútbol de élite generó la ovación más sonora de la tarde-noche en La Cerámica.

BUEN INICIO // Bien plantado atrás, el Submarino fue haciendo retroceder metros a una Real Sociedad a la que le costaba controlar las vías de generación de fútbol que abundaban en el Submarino y que optó por parapetarse atrás ante el peligro continuo que ofrecían Gerard y Ekambi en las cercanías del área donostiarra. El catalán cubría toda la zona derecha del ataque amarillo; en el lado opuesto el internacional camerunés fijaba a Zaldua y a Diego Llorente y amenazaba a la Real en cada balón que controlaba en su zona de influencia.

La fijación del lateral txuri urdin con Ekambi permitió a Pedraza probar por primera vez a Rulli (min. 6). La segunda llegada con peligro -esta vez por la derecha- del Villarreal acabó por vencer la resistencia del meta argentino. En solo 15 minutos, Gerard ya tuvo ocasión de demostrar por qué es el fichaje más caro en la historia de la entidad amarilla. Control en el vértice del área, recorte y adentro. Los de Calleja encontraron pronto el premio a su mayor insistencia y mejor colocación sobre el campo. El golpe dejó groguis a los donostiarras, salvados por una mano de Rulli a disparo de Mario (min. 18) y la decisión de Llorente para dificultar la llegada de Ekambi tras el rechace del guardameta visitante.

La Real pudo sacarse de encima el dominio amarillo a la media hora. Zubeldia protagonizó la primera llegada con peligro de los guipuzcoanos, obligando a Asenjo a desviar con el pie el remate del centrocampista donostiarra. Pero, en líneas generales, el Submarino estaba manejando bien la situación. La claridad de las aproximaciones bajó en intensidad, pero, aun así, Ekambi estuvo a punto de conectar, de espuela, una jugada hilvanada por Cazorla y Mario (min. 33).

DE TENERLO BAJO CONTROL A... // Con lo que no contaba el Villarreal era que toda la contundencia que había demostrado Funes Mori en el centro de la muralla defensiva amarilla, se convirtiera en tibieza e ingenuidad en un balón sin aparente peligro tras un saque de banda. El esférico retrasado hacia Asenjo del central argentino se quedó a medio camino, con la mala fortuna de que por allí pasaba Willian José. Y el brasileño no es de los que suele desaprovechar regalos de tal calibre. A cinco para el descanso, la Real igualaba y empezaba a echar por tierra el serio planteamiento del Submarino. Un empujón de Diego Llorente previo al cabezazo de Oyarzabal que besó la red de Asenjo, tras un córner, evitó que los de Asier Garitano se fueran con ventaja al descanso.

UN NUEVO PARTIDO // Las ideas y el fuelle parecieron perderse en la caseta del Villarreal en la reanudación. Cada vez costaba más encontrar los espacios y los kilómetros empezaban a notarse, especialmente en un Cazorla que notó el lógico esfuerzo en su primer partido oficial en dos años. Al Submarino se le empezó a hacer de noche. El preparador realista leyó que era el momento de su equipo y sacó poder ofensivo con Juanmi, Primero, el mediapunta se quedó a un palmo de cazar un balón ante Asenjo (min. 68). Poco después, el segundo error grosero de los amarillos, esta vez a cargo de Álvaro, propiciaba la remontada visitante. Como Funes Mori en la primera parte, el central no calibró la fuerza de su despeje y dejó el balón a Oyarzabal. Este tocó hacia Juanmi, quien, totalmente libre de marca, subía el segundo de la Real en La Cerámica (min. 71).

El mazazo pilló a Trigueros esperando en la banda para saltar al terreno de juego. Calleja esperaba que el 14 pusiera algo de orden en un Villarreal descompuesto. Antes buscó el revulsivo con Raba y, después, con Bacca. Los tres killers el Villarreal 2018/2019 coincidían en el campo para intentar salvar la papeleta.

DOMINIO ESTÉRIL // Ya a contracorriente y dando más protagonismo al corazón que a la cabeza, Trigueros y Ekambi agotaron las últimas balas del Villarreal. El primero elevó el cuero en demasía tras una asistencia de Mario que dejó al talaverano con toda la portería a su disposición (m. 77). A renglón seguido, Ekambi se topó con el pie de Rulli para desesperación del parisino. El Submarino se quedó sin tiempo y sin unos puntos de los que puede acordarse más adelante.