Gana en la distancia corta. Es sincero, sensato y, sobre todo, futbolero por los cuatro costados. Él mismo reconoce que cada fin de semana ve un número considerable de partidos, de diferentes categorías, en especial de España e Inglaterra —reside habitualmente en Londres—. José Miguel Garrido (Madrid, 1965), máximo accionista del CD Castellón, cumple un año desde su llegada al club orellut y hace balance positivo desde su aterrizaje, confiando en que no van a descender.

Tras un almuerzo informal con los diferentes medios de comunicación de la capital de la Plana, el dirigente madrileño afincado en València pero con residencia en el Reino Unido atendió a Mediterráneo, donde hizo repaso de cuanto ha sucedido desde su llegada. Garrido reitera su confianza en Óscar Cano y su cuerpo técnico, que confiesa haber renovado por dos temporadas más y el cambio de funciones del hasta la fecha director deportivo Juan Guerrero, que deja dicho cargo para realizar otras labores dentro de la secretaría técnica del grupo empresarial que Garrido dirige y que está al frente del Castellón.

--Un año ya al frente de la entidad. ¿Qué balance hace?

--Muy positivo, la verdad. La gente no tiene constancia de en qué situación estaba el club. Llevaba 10 años en fase terminal, pero ahora podemos decir que hemos devuelto a la vida a un enfermo terminal, porque esto lo hemos levantado poniendo dinero y con hechos, no con palabrería. Llegué con el club en Tercera División y antes de pisar Castellón ya había puesto el dinero.

--Pero sabía adonde venía...

--Sí. Por supuesto. Sabíamos la situación del club, pero teníamos claro también el potencial de esta entidad, por su masa social, por su trayectoria, por el estadio y por una cosa que no se compra: la historia. Tuvimos muchas ofertas para entrar en el accionariado de otros clubs, pero desde un primer momento creímos en que el destino era el Castellón.

--Como dice, y pese a los escépticos, han reactivado el club.

--Sin duda. Por eso digo que el balance es positivo, pues ascendimos nada más llegar y creo que deportivamente este año lo acabaremos salvando. Hemos dado estabilidad económica y de funcionamiento como entidad deportiva al Castellón. Estamos en la primera fase del proyecto y sigo siendo optimista, pese a algún revés económico inesperado.

--¿Se refiere a la deuda con la RFEF heredada de Castellnou?

--Sí. Desde que llegamos solo hemos hecho que poner dinero, saldando la situación con Hacienda y Seguridad Social, y poco a poco cumpliendo con plazos de pagos a los acreedores. Pero no nos esperábamos que la Federación Española, nada más ascender, nos exigiera el pago de una deuda de hace siete temporadas, de 325.000 euros, o si no, no nos dejaban competir en 2ª B. La RFEF nos puso una pistola en la cabeza y tuvimos que pagar. Nosotros no nos quejamos, actuamos.

--¿Y sobre los que aún dudan?

--Estoy muy tranquilo porque ya me pasó en Albacete. La gente cree que porque no he nacido en Castellón no siento los colores del club, y eso es mentira. Vine aquí cuando nadie de Castellón quería poner un euro y con el equipo al borde de la desaparición. Además tengo claro que nadie me puede comparar con ningún dirigente de la historia reciente, porque ha diferencia de ellos, yo he venido y he puesto el dinero.

--La masa social y los acreedores puede estar tranquilos...

--Sin duda. Nosotros vamos a estar aquí hasta que se cumplan nuestros objetivos, porque somos serios y cumplimos con lo que decimos que vamos a hacer.

--¿Y cuáles son esos objetivos?

-El proyecto está pensado para en cuatro o cinco años llevar al Castellón al fútbol profesional. Que la gente esté tranquila porque hasta que el club no esté en el fútbol profesional no nos iremos.

--En lo deportivo, el año no está siendo el esperado. ¿Se imagina un panorama con descenso?

--No. Confío plenamente en que la salvación se conseguirá. El compromiso de esta plantilla es brutal y confiamos en la tanto en la capacidad de los futbolistas como del cuerpo técnico. De hecho, Óscar Cano y su equipo de trabajo están renovados por dos años más, pase lo que pase. El club también necesita estabilidad deportiva y ya estamos trabajando para la próxima temporada.

--Pero habrá dos escenarios posibles para la plantilla, si se mantienen o si descienden.

--La palabra descenso no está en mi diccionario. Pero hay que ser realistas. En caso de permanencia mantendremos el 60% de la plantilla seguro y evidentemente tendremos que reforzarnos en el ataque, que es nuestra carencia de este año, porque defensivamente el Castellón ofrece números de play-off. Y en caso de bajar, que espero no se produzca, toda la plantilla queda libre.

--¿En qué situación está el director deportivo Juan Guerrero?

--Tras el mercado invernal, yo personalmente he tomado las riendas de la parcela y de las decisiones deportivas. En el grupo empresarial que yo represento tenemos una especie de secretaría técnica con varias personas que ahora su trabajo es para el Castellón y desde estos momentos Juan Guerrero, que lleva tres años trabajando con nosotros, va a pasar a desempeñar otras funciones en la secretaría técnica.

--¿Qué opinión le merece el bloqueo al convenio de Castalia?

--Me parece increíble que todavía no se haya llegado a un acuerdo, ya que es por el bien de los más de 13.000 abonados de este club. Esto afecta a toda una ciudad y en un año que llevo aquí no han sido capaces de facilitar las cosas, y eso que les hemos tendido la mano. Tendría que estar por encima de colores políticos.

--Al menos, otras empresas del sector privado sí que les apoyan.

--Si no tuviéramos el respaldo de tanta masa social y el apoyo de Marina d’Or, cuya ayuda ha sido definitiva y con quien hemos firmado un acuerdo a largo plazo para que el primer equipo entrene allí, así como de otras empresas fieles como Torre La Sal, BP, AD Levante, Nutrinovex... sin todo ese apoyo ya nos hubiéramos marchado porque aunque esté dirigido por nosotros, el Castellón debe ser un proyecto global.