Dos derrotas seguidas en la Liga de Campeones han dirigido este miércoles al Atlético de Madrid a una final imprevista ante el Lokomotiv, en el Wanda Metropolitano (21.00 horas), con el pase octavos pendiente de un triunfo para no depender de nadie y con todo el riesgo que suscita el pulso que sostiene con el gol.

No hay más margen de error que el que le permita el Leverkusen, que recibe a la Juventus en el BayArena. Si él gana, el Atlético debe ganar. Si él pierde o empata, al conjunto rojiblanco le bastará con la derrota para retomar un rumbo que parecía inalterable hace mes y medio, hasta que cayó por 2-1 en Alemania.

No intuía entonces el Atlético, que luego también perdió en Turín (1-0), una situación tan comprometida como la que asume este miércoles ni soñaba el Bayer Leverkusen con tener opciones más allá de jugar la Europa League.