La selección española, actual campeona de Europa, sacó músculo en su debut en el Europeo ante Montenegro para ganar por 99-60, no permitir ningún sobresalto y dejar a todos claro cuáles son sus intenciones. Cinco minutos duraron las dudas, los nervios y la preocupación del equipo español en su debut en el Europeo 2017 ante Montenegro, los mismos que tardó en ponerse por delante en el marcador con una bandeja tras entrada franca de Fernando San Emeterio, 10-8.

En cuanto el equipo español se adelantó, Montenegro dio un paso atrás, intentó atrincherarse y eso fue su perdición. Ya con otra velocidad y otra confianza, a España solo le faltaba saber si con las rotaciones su superioridad sería tan clara y resultó que sí.

ESPECTÁCULO ASEGURADO // A los siete minutos de partido, ya no quedaba nadie del quinteto inicial y comenzó el reinado del Chacho, con pases imposibles y con asistencias mágicas que Willy Hernangómez aprovechó como nadie. En algunos momentos se llegó a una especie de festival en el juego del equipo de Scariolo.

Por parte montenegrina, algunos fogonazos, más de lucha que de clase de Nikola Vucevic, y poco más. Todorovic y Dubljevic estuvieron discretos y Montenegro se fue desangrando poco a poco, 26-14 al término del primer cuarto y 51-29 al descanso ya con casi todo el pescado vendido.

El tercer cuarto careció ya de cualquier historia. El equipo español mantuvo con solvencia la ventaja e intentó trabajar para que esos minutos no fueran baldíos. Al término, 72-44, con el único pero de lo que al parecer es una pequeña torcedura de tobillo para Álex Abrines. Los balcánicos arrojaron ya la toalla en un descafeinado último cuarto.