Si hay un jugador albinegro que pasa un examen cada siete días (incluso a menudo en menos tiempo), que está permanentemente bajo la lupa de la afición, ese es Alejandro Zagalá, que además de guardar la siempre complicada portería de Castalia, no termina de desprenderse de la alargada sombra de su predecesor, Álvaro Campos, interesado en su vuelta a Castalia (también por motivos familiares) y con muy buenos contactos entre los nuevos gestores del club, aunque ya no esté Frank Castelló en el banquillo, que suspiraba por su regreso.

No está teniendo una temporada nada cómoda. Aun sin grandes errores --o, al menos, no de esos que podrían aparecer en un resumen de pifias--, aunque tampoco ha mostrado un hermetismo propio de portero de un candidato a todo (play-off y ascenso). Esta temporada, se ha repetido con excesiva frecuencia un tipo de jugada (véase partidos frente al Almazora, Rayo Ibense, Atlético Levante...): remate, parada de Zagalá y balón que, centrado, cae a los pies de un rival para convertirse en gol en contra.

EL BALANCE // Héroe el día del Paiporta (parando un penalti que hubiese acabado costando la victoria) o en El Palmar (al Castellón también le hubiese ido peor, si no hubiese frenado al Borriol cuando el marcador era todavía de 1-0), también ha escuchado el runrún de la grada. Sin ir más lejos, el último encuentro, cuando heló la sangre a los más de 7.000 espectadores: un error en la entrega dejó a Jandro, el futbolista con más calidad de La Nucía, en una posición increíble para marcar, con la portería desguarnecida además, pero el veterano mediapunta, tal vez sorprendido por lo inesperado del regalo (el encuentro aún iba 0-0), remató mal... y Zagalá arregló el entuerto.

FRENTE AL ESPEJO // Campos es uno de los artífices de que el recién ascendido Ontinyent, en un grupo III de Segunda B plagado de auténticos gallos (Elche, Hércules, Mestalla, Mallorca, Lleida...), esté en zona de promoción de ascenso. El valenciano, además de capitán, es el segundo portero con mejor promedio del grupo: ha encajado 12 goles en 18 partidos (0,67 de promedio), eso sí, bastante lejos de Manolo Reina, que guarda la meta del destacadísimo líder (los bermellones suman 12 victorias y 6 empates, sin conocer la derrota): su promedio de goles es de apenas 0,35.

CON CUATRO TARJETAS // Sobre Zagalá pende, desde hace unas cuantas jornadas, la espada de Damocles de la sanción, puesto que ha visto cuatro amonestaciones. Parece harto complicado que pueda aguantar todo lo que resta de temporada regular al filo de la suspensión, por lo que Álvaro Unanua, a buen seguro, tendrá su oportunidad (el guardameta es, junto a Abraham Peleteiro, el único que todavía no ha gozado de minutos en lo que va de competición en la categoría).