Después de 27 días de competición ha llegado la hora de Francia. El anfitrión ha superado todas las pruebas, ninguna de excesivo calado, y se planta ante el reto que esperaba desde el inicio: el choque ante Alemania.

La campeona del mundo, que siempre se le ha atragantado a Francia, aparece de nuevo en el camino. Una victoria germana, combinada con el título final, supondría la consolidación definitiva de su dominio tras el ciclo exitoso de España. Si vence Francia revertiría la historia.

Jamás se han enfrentado en la Eurocopa, pero los precedentes en los Mundiales asustan a los bleus. Alemania topó en cuartos con su bestia negra, una Italia a la que nunca había ganado en partido oficial. Logró tumbarla por penaltis y aliviar la maldición. Lo mismo desea ahora el anfitrión, eliminado en tres Mundiales (1982, 1986 y 2014) por su rival de hoy en Marsella (21.00h).

Francia tiene a todos sus efectivos disponibles para el gran duelo, mientras que los germanos cuentan con tres bajas de titulares: el sancionado Hummels y los lesionados Khedira y Mario Gómez. H