El complicado banquillo de Castalia, acostumbrado a un desfile continuo de entrenadores (casi siempre más de uno por temporada), tiene un nuevo inquilino. El currículo de Frank Castelló, ese aval con el que ha llegado, es el de un profundo conocimiento del fútbol de la Comunitat Valenciana, en especial del grupo VI de Tercera (no en vano, ha dirigido a Onda, Alzira, Atlético Saguntino, Crevillente, Orihuela), así como haber sido el seleccionador autonómico para la Copa de las Regiones de la UEFA. Allí ya ha dirigido, además, a muchos de los que ahora contarán con la presión por subir (algunos, incluso, han venido a petición suya).

Castelló tendrá que conjugar el recordado legado de su antecesor (Kiko Ramírez, aun sin conseguir el ascenso, ha dejado una profunda huella), con los futbolistas que siguen como eje de transmisión, con un estilo rompedor, basado en el fútbol combinativo por encima de todo a partir de un sistema que llamará la atención (ha ensayado, durante la pretemporada, jugar con tres centrales y dos carrileros). Los resultados y las prometedoras vibraciones de estas semanas le refuerzan.

“Las sensaciones son buenas y equipo será competitivo si tiene las ideas claras y la mente fresca”, ha destacado Castelló, que también quiere aislar al vestuario de todo lo que suceda fuera del mismo, enviando un mensaje a sus futbolistas: “Ponerte la camiseta del Castellón, aun en Tercera División, es un premio grande, hay que ser consciente de ello”. H