Por desgracia, esta temporada tiene mucho de día de la marmota. O, mejor dicho, de semana de la marmota. Los domingos cuesta conciliar el sueño: pesa una jornada más sin ganar y los puntos de desventaja respecto a la salvación. Los lunes se mira la clasificación del derecho y del revés, se consultan estadísticas, se repasan precedentes... Los martes marcan la transición entre el partido pasado y el próximo. A medida que transcurren los días, se recupera el ánimo. Y llega el sábado esperanzado en una victoria que no llega... Y vuelta a empezar. Pero no, este domingo debe ser distinto... aunque solamente lo será si el triunfo, por fin, se queda en Castalia (17.15 horas).

Los números del Castellón son condenatorios: tres victorias en 26 jornadas, en circunstancias normales, le habrían desahuciado, pero el récord de empates, 16, más que ningún otro de los casi 500 del fútbol nacional español, le mantienen con vida. Qué duda cabe que pase lo que pase hacia las siete de esta tarde, nada será definitivo. Pero todo lo que no sea restan esos cuatro puntos que le separan tanto de la salvación como del play-out, tendrá muy pero que muy mala pinta.

¿ALGO HA CAMBIADO? // Dentro de este déjà vu continuo que significa el retorno a la Segunda B, los albinegros vienen de un encuentro distinto. Volvieron a empatar, sí, pero fue a dos, dejando sensaciones que difieren, por ejemplo, de las anteriores salidas. Fue un equipo más ambicioso, no tan preocupado en aguantar el 0-0 y a ver qué ocurre sino menos tímido ofensivamente. Así logró dos tantos a domicilio, penalizados por errores atrás que no solía cometer. Es como aquello de la manta corta, que o llega para taparte los pies o solo la cabeza, no ambas partes del cuerpo...

Con manta corta, sábana o sin nada (apuntan a tarde primavera, sino ya casi veraniega, pese a que ni atisbamos la Magdalena), Óscar Cano otorgará un voto de confianza el once de Cornellà. No es descabellado que lo repita o, si acaso, algún retoque mínimo en ataque, que pasa por si juega con dos puntas o si tiene que deshojar la margarita entre David Cubillas (titular hace siete días) y Jairo Cárcaba. El asturiano, además de Paco Regalón y Álvaro Campos han tenido problemas esta semana, pero están para jugar, si así lo quiere el entrenador.

El granadino tiene la importante baja de Marc Castells -pese a que había perdido la titularidad- y la más testimonial, por el rol que estaba llamado a desempeñar, de Elián Guillén. Además, recupera a Kilian Morante y, sobre todo, a Pablo Roig, ausentes en las últimas semanas.

El Atlético Levante, con el que igualó a cero en Buñol, no llega en una posición desahogada. Más bien todo lo contrario: si pierde en Castalia, notará el aliento del Castellón, deseoso de emular el subidón del 2006, cuando en circunstancias muy similares, sino peores, fue capaz de salvarse en Segunda A. Así, busca una ya victoria inaplazable en Castalia, donde funda sus esperanzas de repetir aquella proeza.