El centrocampista Bastian Schweinsteiger tuvo este miércoles su despedida de la selección alemana entre lágrimas y gritos de "Dios del fútbol" que se oían desde las tribunas del Borussia Park de Mönchengladbach. Schweinsteiger no pudo contener la emoción durante el homenaje que se le rindió antes del amistoso contra Finlandia, su último partido con la 'Mannschaft'.

Los discursos, las imágenes recordando su carrera y las palabras del presidente de la Federación Alemana, fueron demasiado para uno de los máximos ídolos de las últimas décadas del fútbol alemán. "No pensé que fuera a ser así", dijo tras recuperarse de las lágrimas que le había provocado el público, que no cesó de ovacionarle durante todo el encuentro.

IMÁGENES DE SU CARRERA

En las tribunas había pancartas con mensajes de despedida para Schweinsteiger. Una de ellas decía "Gracias, Schweini. Contagiaste a todo el equipo de tu espíritu de lucha". "Siento mucho agradecimiento de poder vivir esto. Nos volveremos a ver de otro modo. Le deseo a la Federación lo mejor", agregó durante un acto en el que estuvieron presentes, además de su familia, viejos compañeros de camino comoPeter Hermann, su entrenador en las inferiores del Bayern, oJupp Heynckes, con quien ganó la Liga de Campeones en el 2013.

Su carrera, desde que era el adolescente que se mezclaba con los veteranos de la selección, hasta el momento culminante con la conquista del Mundial 2014, se resumió en un vídeo emitido a través de las pantallas del estadio. Ya en el partido, en el que se le aplaudió cada vez que tocaba la pelota, un aficionado, vestido con su camiseta, invadió el campo y se fotografió con el capitán, despidiéndose de él con un abrazo.

EL ÚLTIMO SUPERVIVIENTE DEL 2006

En el 67 llegó el adiós definitivo. Alemania ganaba 1-0 con gol de Max Meyer cuando Schweinsteiger fue sustituido por Julian Weigl bajo una sonora ovación. Una sustitución que simboliza el cambio generacional de aquella plantilla que empezó a maravillar en el 2006 y de la que Schweinsteiger era el último superviviente. El capitán, como no podía ser de otra forma, se llevó el brazalete.