Se bajó del coche y señaló la pegatina sobre su Ferrari, Corriendo por Tonio, en memoria de su amigo Anthoine Hubert, fallecido el día antes en la carrera de F-2. Charles Leclerc hubiera elegido cualquier otro día para firmar su primera victoria en Fórmula 1. Ni siquiera la celebró, solo estrechó la mano de su mecánicos, de sus ingenieros, de sus rivales. «Ganar en F-1 ha sido mi sueño desde que era niño, y lo he cumplido, pero ha sido un fin de semana muy duro. He perdido un amigo, crecimos juntos, Mi primera carrera fue junto a él. No puedo disfrutar esta victoria pero sí puedo dedicársela», explicó.

Fue un gran premio extraño, quizá por el luto por Hubert. La carrera, además, perdió al principal animador del campeonato en la primera curva: Max Verstappen. Sin él, la prueba se convirtió en un mano a mano entre Mercedes y Ferrari, que acabó llevándose el monegasco.