De la Real Sociedad se puede analizar su sistema, alineación, estilo... pero es imposible prever la actitud con la que comparecerá. De un partido a otro --incluso en un mismo encuentro-- es capaz de pasar de la intensidad competitiva a la indolencia más alarmante. Mezcla heroicidades con terribles desplomes sin explicación lógica. Y así llevan un par de años.

Por lo menos, con Eusebio los donostiarras ofrecen una propuesta aseada que pretende tener el control agrupando a su alrededor a jugadores de buen pie, capaces de manejar los tiempos. El equipo se posiciona en un 4-3-3, que en algún encuentro muta a un 4-2-3-1. La defensa se coloca en un posicionamiento alto y la pelota sale limpia desde Rulli, un portero con sangre fría y colocación para realizar paradas ganadoras. En el eje de la zaga vienen jugando Reyes --bien al corte y en la anticipación-- y el zurdo Íñigo, agresivo, contundente y con un buen desplazamiento en largo. Los laterales se proyectan continuamente en ataque. Elustondo es constante, pero algo impreciso en el pase y centro; el zurdo Yuri ofrece más prestaciones con el balón, incluso un buen disparo.

En la medular Bergara es el sostén defensivo, un medio disciplinado y dotado para la brega, mientras que Illarra es el líder jugando por delante del pivote. El resto es una incógnita por las rotaciones. Xabi Prieto puede ser el tercer hombre por dentro o jugar de extremo o mediapunta; Granero puede ser otra opción, un volante de gran técnica en las dos piernas, pero irregular. Zurutuza también puede jugar por dentro o en banda.

En el ataque, muchas variantes y alternativas. Bruma, un agitador que busca el uno contra uno pero que es muy individualista, puede ocupar una de las bandas; para la otra, Oiarzabal, el zurdo del filial que se mueve por todo el frente del ataque con soltura e inteligencia. En punta, Carlos Vela, empobrecido de manera sorprendente y que solo va dejando algún detalle de su enorme calidad, o Jonathas, que vive horas bajas. A partir de ahí y, tras el pésimo partido ante el Getafe, es de esperar que la Real intente redimirse en El Madrigal. H