El Madrid encara la recta final de la temporada con todas las opciones intactas en todos los frentes (Liga y Champions) y con la moral por las nubes después de los últimos resultados, pero, principalmente, por el subidón que le provoca el batacazo tras batacazo que encadena el Barça. Quién se lo iba a decir a la afición blanca semanas atrás, cuando el propio Zidane tiraba la toalla en la Liga después de caer contra el Atlético y centraba todas las opciones en el camino hacia la Undécima.

Ahora el optimismo es total y el madridismo se muestra más unido e ilusionado que nunca. Anoche, coincidiendo con el 0-2 del Valencia en el Camp Nou al filo del descanso, multitud de coches hacían sonar el claxon por las calles de la capital, como mensaje evidente de que el título de Liga es más que posible.

El miércoles, el Bernabéu será una caldera para recibir al Villarreal en una jornada intersemanal trascendental para definir muchas cuestiones en el campeonato (el propio Submarino se juega la cuarta plaza). En la mente de la afición blanca solo existe la palabra victoria y Zidane se siente más respaldado que nunca al asegurar su continuidad la próxima campaña. “Las valoraciones hay que hacerlas a final de temporada, pero de momento no se puede pedir más al trabajo de Zizou”, comentaba ayer un estandarte del club como Raúl. “Será muy difícil, pero vamos a darlo todo para poder ganar títulos. Vamos a pelear a tope cada partido”, aseguró Pepe en la visita a la peña Ramón Mendoza. Optimismo que comparten Keylor Navas (“el equipo está fuerte mentalmente ahora”) y el canterano Nacho (“este puede ser un año grande para el madridismo”). H