El fútbol, como todos los deportes, tiene unas reglas que determinan quiénes son los ganadores de los encuentros: aquí se lleva los puntos el equipo que marca un gol más que el adversario.

Nada cambia aunque se practique por encima de los 40 años. Si acaso, priman otros valores, como la participación y el respeto sobre la competitividad, aunque esto, a veces, lamentablemente, no se termine de entender.

Algo tan importante ante las situaciones adversas como las que está atravesando el Vall d’Uixó: saber aguantar el tipo. Demostrar que el que ha sabido ganar, ahora también sabe perder, dando la talla de equipo grande.

Conjunto con solera que llegó hace 15 años a la APFV, ha sido campeón de todo: grupo de 2ª, del primer grupo, Copa, ganador de los trofeos pichichi y zamora... Un equipo cargado de jugadores que han sido profesionales y que ahora, en las horas bajas, aguanta el tipo y se distingue por no tirar la toalla y dejar la competición, que sería lo más fácil. Se es grande no por saber ganar, sino también por saber perder. Es un plus de juego limpio y respeto de los rivales a sus jugadores.

Cuando pierdes por 1-0, te ganan; por 2-0, se te imponen; por 3-0, te golean... Tal vez alguno (más de uno) debería hacérselo mirar. El sábado no solo perdió la categoría, si no que perdió por 10-0 un partido sin tarjetas donde primó la deportividad. Cuando se cuenta con delegados como José Manuel Esteve y Pepe Borrás, seguro que muy pronto volverá a estar entre los mejores.