A sus 67 años Jorge Palomo continúa sacando lo mejor de cada futbolista en el fútbol provincial. Sin lugar a dudas, el fontanero de Ribesalbes es uno los entrenadores más experimentados de las últimas décadas.

Comenzó en el mundo del fútbol como jugador en 1969 en las filas del filial del Castellón, después recaló en la cantera del Villarreal tras un breve paréntesis por el Segorbe. Eran los albores de la década de los 70 y un joven Jorge Palomo combinaba sus partidos con el filial amarillo con los entrenamientos con el primer equipo, que acababa de ascender a Segunda A.

Tras el descenso a Tercera (no existía la Segunda B), Palomo ascendió al primer equipo, debutando en Mahón el 30 de septiembre de 1973 con victoria (0-1). Años después se enfudó las camisetas de Onda, Nules y Torreblanca, todos ellos en Preferente. Fue precisamente en el último de ellos en el que dio sus mejores temporadas de fútbol.

Inicios en los 80’

Su carrera en los banquillos comenzó a mediados de los años 80. Debutó en el Vinromà con el que logró un ascenso a Segunda Regional. También dirigió al Artana y al primer Villarreal B.

La Serratella fue otro de los banquillos que ocupó Palomo, a finales de la década de los 90, justo antes de que el club alcanzase un convenio para ser filial del Villarreal. El técnico cogió el equipo en descenso y lo salvó con cierta solvencia.

Su siguiente parada fue el Castellón B. En el filial albinegro logró uno de sus mayores éxitos, el ascenso a Tercera, en la temporada 1999/00, tras cerrar la liga segundo tras el Vinaròs, y superar al Benigànim (2-1 y 0-1) y al Tavernes (0-0 y 6-0).

En las dos campañas siguientes consiguió la permanencia sin excesivo sufrimiento, hasta promocionó al primer equipo para suplir a Santi Palau, destituido tras caer en Castalia ante el Novelda por un contundente 0-5.

Con peligro real de descenso a Tercera, Jorge Palomo se jugó la vida y la historia del CD Castellón con los jugadores del filial, entre ellos Sidro, Pepe Mora, Héctor Mohedo, Ramón Debón, Ángel Dealbert o Pepe Castell, entre otros. En liga dirigió tres partidos, ante el Universidad LP (0-0), Conquense (3-1) y Talavera (0-0). Además, en las semifinales de la Copa Federación cayó a manos del Marbella (0-0 y 1-1).

Posteriormente, recaló en la UDE, en el ecuador del curso 2005/06, en el que consiguió situar al equipo séptimo y undécimo en el siguiente. Un año después pasó al Benicasim con la única meta de jugar la promoción y cumplió. El de Ribesalbes metió a los rojiblancos en el play-off, pero fue cesado sorprendentemente cuando era segundo. Sin parar, regresó a la UDE para dirigir a un gran plantel, pero desavenencias con la dirección motivaron su despido en la séptima jornada.

Los últimos ‘play-offs’

Tras un año sabático volvió a la carga en el San Pedro, al que logró salvar del descenso en su regreso a Preferente. En su segunda temporada, con el 90% del plantel del Grao, clasificó a los azules para su primera promoción contra pronóstico al vencer al Almenara, pero no tuvo suerte en el sorteo y cayó a manos del coco, el Utiel (0-2 y 2-1).

En el siguiente curso, con un equipo apuntalado con grandes fichajes, volvió a repetir play-off al vencer al Vinaròs en casa. Sin embargo, nuevamente le tocó el mejor equipo de la categoría, el Paterna, ante el que no tuvo opción (0-4 y 2-1). En la campaña posterior fue destituido cuando estaba a seis puntos del play-off.

Un año después recaló en el Nules, al que cogió a nueve puntos de la permanencia. Sin embargo, y pese a que al descanso de la última jornada el equipo estaba salvado, finalmente no pudo lograr el objetivo. Desde el año 2015 dirige a L’Alcora en una segunda etapa, al que ha situado en la zona alta en las dos últimas campañas y ha consolidado en Regional Preferente.

Los años pasan desde que a finales de los 80 Jorge Palomo comenzó a hacer sus pinitos en los banquillos. 30 años después sigue su trayectoria y de momento no se atisba su retirada.