Sergio García está cómodo con su juego y eso se notó en los 36 primeros hoyos del US Open. El de Borriol fue uno de los pocos golfistas que ganó la partida al terrorífico Oakmont: no sólo batió los 70 golpes que se piden como par del campo, sino que le metió un -2 (los líderes eran Andrew Landry y Dustin Johnson, con -4). Una vuelta de 68 que es de las cuatro mejores que se vieron en los primeros 18 hoyos de este 'major'. Y en la segunda ronda firmó un 70, par del campo.

Sergio tuvo que esperar un día para arrancar debido a las fuertes lluvias que cayeron el jueves y que impidieron el turno de tarde donde estaba alineado. El viernes, bien temprano, salió al 'tee' del 1. Comenzó torcida la vuelta con dos 'bogeys', en el 2 y el 3 (haría otro más en el 15). Pero la reciente victoria en el Byron Nelson ha dado alas y confianza a García… Desde ese momento llegó hasta cinco 'birdies' (en los hoyos 4,6, 10, 11 y 17) con su maravilloso juego largo y alcanzó el -2.

La fiesta no había terminado el viernes para Sergio García, que tuvo que jugar por la tarde los otros 18 hoyos que tenía previstos en su segunda vuelta. Firmó 70, el par de Oakmont que selló con un 'putt' fabuloso en el 9. Embocó desde 17 metros. En total, hizo 36 hoyos en un día durísimo por la exigencia mental que pide este campo. "Al final de la vuelta me temblaban un poco las piernas. No estuve tan fino como en la primera", confesaba Sergio, "satisfecho" con su prestación.