Los porteros y el poste (en el caso de los locales) dejaron al Deportivo y el Sevilla sin lo que buscaban en Riazor (0-0), tres puntos que ayudaran a los hispalenses a acercarse a Europa y a los coruñeses, a quedarse a solamente dos puntos de la permanencia.

No pudo ser por las paradas de Rubén Martínez y de David Soria en un partido que fue de alternativas después del descanso y que acabó con los dos equipos volcados para romper unas tablas que nunca se deshicieron.

El Sevilla dio prioridad lógica a la final de Copa del Rey del sábado ante el Barcelona. Para el Deportivo, la final era la cita con los andaluces. Después de haber ganado otras dos (Málaga y el Athletic), dejando atrás la peor serie de partidos sin ganar de toda su historia en Primera División (15), los blanquiazules tenían la oportunidad de acostarse a dos puntos del Levante, aunque el equipo de Seedorf desperdició la oportunidad. No le quedan muchas.

A pesar de las rotaciones y de mensajes de amistad en las redes sociales, el Sevilla dejó claro desde el principio que no llegaba de paseo a Riazor, que iba a presentar batalla. El cuerpo a cuerpo fue para los nervionense en la primera mitad, en la que rozaron el 70 por ciento de la posesión y cinco remates entre los tres palos.

Los locales empujaron cuanto pudieron tras el descanso, pero otra vez la madera volvió a cruzarse en su camino en el minuto 88, en un tiro de Celso Borges.