Onda es una localidad a la que El Castellón debe mucho. Ahí está Enrique Saura, Salvador Ribes, Dennis Nájera... Curiosamente, son tres los ondenses ahora a las órdenes de Kiko Ramírez: Alberto Ramos, Luismi Ruiz y Carlos López (casi son cuatro, si el guardameta Alberto Catalán no hubiese sido cedido, precisamente, a los azulejeros).

Además, el mediocentro sobre el que ahora gravita el juego orellut constata la afición que hay en esa población. “Yo tengo amigos de Onda que llevan toda la temporada yendo a Castalia, antes de que jugara yo”, dice. “Y también en Tales”, añade.

Precisamente, el último en asentarse en el primer equipo y el lateral derecho son íntimos. De la misma generación, el centrocampista llegó a convencerle de que, hace unas temporadas, fichase por el juvenil del Club La Vall. Luismi pasó de ahí al juvenil del Valencia y Carlos, al del Castellón (ambos en División de Honor), para volver a compartir vestuario, en Castalia, ya esta misma temporada.

De 20 años, Carlos López desfiló por la cantera del Villarreal, donde fue cortado en su primer año como juvenil. De ahí pasó al Club La Vall antes de ser reclutado por Jorge Peris para los orelluts. Fue cedido la pasada campaña al Onda y, ya en ésta, Ramón María Calderé contó con él para la visita al Muro, pero no debutó y, luego, sufrió un esguince de rodilla.

Cuando volvió a estar a tono, esta vez convenció a Kiko Ramírez, que le iba a hacer estrenarse en el partido magdalenero, curiosamente ante el Muro... pero parecía gafado: un virus le dejó KO. Así que su debut con el primer equipo se retrasó hasta Novelda pero, desde Crevillente, ya ha sido inamovible. H