La fiesta continúa en Valencia con el mejor arranque de su historia en la Liga. Con el equipo de Marcelino como el único capaz de seguir el ritmo del Barça (en 10 jornadas de Liga suma los mismos puntos, 24, que el curso anterior alcanzó en febrero tras 23 partidos), con un Zaza galáctico (tiene al alcance un récord de hace más de 70 años, cuando Mundo marcó en siete jornadas consecutivas --13 dianas--), otro de los focos de atención del club está puesto en el sábado (llega el Leganés --13.00 horas--) y en atar a jugadores que el técnico asturiano considera insustituibles, caso de Parejo, Carlos Soler (en la capital del Turia existe cierto runrún sobre el interés del Manchester de Mourinho) y Rodrigo.

A los 26 años, el atacante de origen brasileño (es primo de Thiago --Bayern-- y Rafinha --Barça--) es fiel reflejo del buen momento que atraviesa el equipo. Sus números en el inicio del curso 17-18 son elocuentes. Titular en nueve de los 10 partidos en Liga, suma seis goles, el último el penalti del triunfo en Vitoria (a estas alturas lleva los mismos tantos que en toda la campaña anterior). Formado en las categorías inferiores del Celta y del Madrid, en el 2010 se marchó al Benfica, desde donde recaló en el Valencia en el 2014, y ahora es uno de los héroes en la capital del Turia, donde negocian su renovación de contrato ante el gran cartel que ostenta (el Manchester de Pep Guardiola ofreció 35 kilos el pasado verano).