Vila-real vivió ayer una carrera muy especial, en la que no basta con ser rápido, sino que también hay que ser muy hábil y demostrar un gran estado de forma, dado que aúna fuerza, coordinación y flexibilidad.

La ciudad consolidó la Unbroken Race en una segunda edición que superó los 400 participantes del pasado año y reunió en torno a medio millar de deportistas llegados de toda España en el paraje del Termet, convertido para la ocasión en un auténtico campo de obstáculos. Dos de ellos, de grandes dimensiones, se instalaron a 50 metros de la meta para que el público pudiera animar a los atletas.

La competición se disputó en varias modalidades, con un mismo recorrido de ocho kilómetros pero diferentes normativas para cada perfil de corredor.

En élite se impuso Juan Vicente con un tiempo de 42.10 minutos, con solo seis segundos de ventaja sobre Lluis Barbe, mientras que Aitor Garde completó el podio. En féminas venció Olga Estelle con 54.34, seguida de Lorena González y Ana Chilleron.

Por lo que respecta a la categoría amateur, dominó Ernesto Serrano con 50.55. Tras él entró en meta Pablo Setembre con 51.32 y fue tercero Jesús Alberto Carrión. La ganadora fue Sylvie Géraldine con 1.25.59, y después llegaron María Hoyos y Sara Casanova.

En la categoría popular el primer clasificado fue Raúl Louie, que firmó un crono de 45.18, por los 47.24 de Antonio Castillo, en tanto que Jorge López fue tercero. La primera mujer en meta fue Marian Higon con 1.02.5, y completaron el podio Sandra Benavent y Elisabet López.

También hubo competición popular por equipos, con victoria para los integrantes de 360cft, que sumaron 4.44.12 horas. El segundo lugar fue para Crossfit Raval con 5.30.03 y el tercero para Saitama Team con 5.58.13.