El balance es conocido, pero no por ello deja de ser llamativo tal como aparece expresado en el resumen de 10 años de reestructuración bancaria en España que ha publicado este viernes el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria): el Estado ha invertido en el sector financiero español 56.545 millones de euros entre capital y productos híbridos, y 2.326 millones de euros en garantías, mientras que hasta el momento se han recuperado tan solo 5.917 millones de euros, lo que supone un exiguo 10% del total del dinero público aportado para el rescate bancario.

Las cifras no son muy diferentes a las públicas por el Banco de España y el Tribunal de Cuentas. Esta última entidad del estado ha actualizado este mes sus cálculos y estima que el coste para las arcas públicas se situó en 45.344 millones de euros al cierre del año pasado, 3.496 millones más que cuando realizó el anterior recuento con cifras de finales del 2015. A ello se suman otros 21.295 millones aportados por el sector a través de sus aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos, con un incremento de 2.363 millones en tres años.

Además de las ayudas en capital, en el marco de los procesos de venta o integración de entidades, el organismo que preside Jaime Ponce otorgó garantías "con el objetivo de maximizar el precio de venta", según destaca la entidad. Las garantías cubrían contingencias muy diferentes. Algunas estaban dirigidas a acotar el volumen de pérdidas respecto de ciertas carteras de préstamos; otras tenían como objetivo bien evitar ciertos riesgos al comprador, bien compartir con él el coste de determinados litigios o contingencias. El detalle expuesto en el balance publicado este viernes muestra la diferencia del coste estimado actual entre los esquemas de protección de activos (EPA) y el resto de garantías.

RECUPERACIONES MÍNIMAS

Por lo que respecta a las recuperaciones, se reflejan los importes recuperados de los procesos mediante la amortización de las participaciones preferentes, cuotas participativas y CoCos; así como los importes obtenidos por ventas de entidades participadas y la remuneración por intereses de los instrumentos de deuda suscritos y por comisiones. El FROB destaca que las ayudas definitivamente recuperadas dependerán de la evolución y desinversión final de las participadas (BFA-Bankia y Sareb). No se incluyen en las recuperaciones los importes obtenidos por la venta de un 7,5% de Bankia en febrero del 2014 y de un 7% en diciembre del 2017 (2.122 millones), ni los dividendos de los ejercicios 2014 a 2018 (961 millones), en tanto que permanecen en BFA, matriz de la entidad.

El informe refleja, entidad por entidad, el volumen de ayudas recibidas, así como las recuperadas. En el primer capítulo destacan los 22.000 millones de BFA-Bankia y los 12.000 millones de Cataluña Caixa, así como 9.500 millones destinados a la gallega NCG. En el capítulo de recuperaciones destacan los 1.142 millones recuperados en banca Cívica, entidad integrada en CaixaBank, que recibió ayudas por valor de 977 millones, así como los más de 800 millones recuperados de Cataluña Caixa o los 877 de la entidad gallega. En ninguno de los casos, lo recuperado llega a cubrir las pérdidas.