Miles de visitantes en la primera jornada del Mobile World Congress (MWC) en Barcelona, centenares de millones de euros, implicaciones económicas, financieras, sociológicas y éticas (léase «coltán»)... Mientras, los representantes institucionales, de nuevo, jugaban al gato y al ratón en otra muestra de la política basada en los gestos y no en los contenidos.

Ni el rey Felipe VI visitó el estand de Cataluña -pese a que así estaba previsto, según confirmó la organización a este diario-, ni Quim Torra quiso hacerse la foto con el monarca en el pabellón español, con la bandera de España y la europea. Aun así, Torra había acompañado al Rey; al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; a ministras y ministros, y a miembros del Govern en el paseíllo de autoridades durante más de media hora.

En efecto, el president y los miembros del Govern evitaron hacerse una foto con el Rey y el jefe del Ejecutivo ante el pabellón de España. Torra hizo un requiebro, sin despedirse del resto de autoridades, justo en el momento en el que la comitiva se acercaba al pabellón. Según alegó Presidència, había avisado previamente de que tenía una «reunión con empresarios» justo a esa hora. Ni antes ni después. El pabellón de España, el de Cataluña y el de la fundación Mobile World Capital Barcelona, que están juntos, siempre han formado parte del recorrido de los representantes institucionales.

Previamente, todos habían asistido a una charla informativa del impulsor de la feria, John Hoffman. Torra saludó al Rey en el interior de la sala -un saludo breve sin comentario alguno-, pero no salió a recibirlo. Posteriormente, todas las autoridades se desplazaron en minibús a uno de los pabellones para iniciar un recorrido por varias instalaciones, entre ellas Telefónica y Vodafone.

Felipe VI saludó a un robot, llamado Sophia, y posteriormente acudió al pabellón de España, que está frente al de Cataluña. Pero evitó este último. Según fuentes de la Casa del Rey, no estaba previsto que acudiera. Según la Generalitat, el Monarca sí iba a visitarlo.

Tras la reunión con empresarios, Torra sí fue al pabellón de Cataluña, en un acto en el que el president tuvo de nuevo un recuerdo para Carles Puigdemont y «todos los exiliados y presos que no pueden estar». El presidente de la Generalitat catalana se negó a contestar a las preguntas de los periodistas. Posteriormente el Monarca ofreció un almuerzo privado a los responsables del WMC y a varios empresarios. También acudió la ministra de Economía, Nadia Calviño. Ningún representante, en cambio, del Govern.